Aceites Esenciales, Aliados del Bienestar

El uso mágico de los aromas ha tenido una enorme influencia en el hombre desde la antigüedad. Ya en el Antiguo Egipto se utilizaban las esencias con fines cosméticos, medicinales, para purificar ambientes y también como conservantes en el proceso de momificación.
Los antiguos aprovechaban los líquidos volátiles que se extraían de distintas partes de las plantas: flores, hojas, frutos, cortezas, semillas, etc. Estos componentes se destilaban o disolvían en alcohol y en grasas provenientes de aceites vegetales y minerales.
Su uso sigue vigente, y hoy en día se continúan utilizando por sus propiedades terapéuticas, y sus efectos beneficiosos sobre el cuerpo y la mente. Sí, las esencias naturales poseen la energía viva de las plantas, y actúan sobre nuestra salud física, emocional y espiritual.
Los aceites esenciales no son perfumes, su aroma es solo una de sus muchas características y propiedades. Al ser concentrados se utilizan en muy poca cantidad, solo 3 o 4 gotas en contacto con la piel hace que todo el cuerpo se impregne de sus propiedades.
También pueden agregarse unas gotas a la crema corporal. Como norma general, no deben ingerirse, solo utilizarlos por vía externa y diluidos en aceites o cremas neutras.