WASHINGTON – El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, negó el martes que esté perdiendo fuerza política en los primeros meses de su segundo mandato y dijo: “me siento muy bien con mi desempeño” y que seguirá presionando para que el Congreso apruebe su agenda.
“Las cosas no suceden inmediatamente en Washington. Parte de mi trabajo es seguir de cerca los procesos (legales) y las políticas, y ver quién está arriba y quién está abajo,” dijo en una conferencia de prensa celebrada en la Casa Blanca.
Bush, hablando en el Jardín de las Rosas, explicó: “Ya he estado tiempo suficiente aquí para poder decirles a ustedes y a los estadounidenses que las cosas no suceden rápido en Washington… que toma tiempo, que nada sucede de la noche a la mañana.”
Bush despejó así dudas acerca de su agenda política, que ha enfrentado una fuerte oposición de los legisladores demócratas y de algunos dentro de su propio partido. En cuanto a las dudas públicas sobre su forma de manejar la guerra en Irak, Bush dijo que está satisfecho con el progreso que se ha conseguido en el país arabe, y expresó optimismo de que las fuerzas iraquíes estén pronto suficientemente entrenadas para que las tropas estadounidenses comiencen a regresar a casa.
“Cuando ellos estén listos, nosotros comenzaremos a volver a casa. Y yo espero que eso será más pronto que tarde.”
Dijo que la insurgencia iraquí se da cuenta del peligro que representa una democracia en el corazón del Oriente Medio.
“Y por esa razón quieren hacer destruir al país y asesinar en forma indiscriminada, para doblegar la voluntad de los iraquíes, buscando fomentar una guerra civil o que salgamos antes de tiempo.”
Sin embargo, la mayoría de las preguntas que le hicieron los periodistas a Bush versaron sobre su agenda doméstica, tras una dura batalla con relación a jueces nominados por el mandatario y al poco apoyo que ha logrado para su plan de reformar la seguridad social.
Inevitablemente, la pregunta que todos se hacen en Washington es saber si Bush, como casi todos sus predecesores, se ha convertido en un político destinado a conseguir muy poco en su segundo mandato.
“Yo no me preocupo aquí en Washington,” dijo Bush cuando se le preguntó si estaba preocupado de estar perdiendo fuerza y momento político. “No… yo me siento muy bien con mi desempeño como presidente. Y mi papel como presidente es presionar para lograr la reforma.”
El mandatario trató después de revertir las cosas y dijo que el tema era saber si el Congreso “es capaz de lograr hacer algo.”
Bush dijo que el debate de la reforma a la seguridad social está apenas en sus primeras etapas, aunque él lleva ya casi cuatro meses hablando sobre el tema.
A pesar de las fuertes críticas que ha recibido su plan para reformar el sistema de jubilaciones, Bush predijo que tendrá éxito al final y prometió no darse por vencido.