Bush pide fronteras más controladas

TUCSON, Arizona - El presidente George W. Bush intentó el lunes tranquilizar a los conservadores recelosos de su plan de trabajadores extranjeros visitantes, con un duro discurso sobre la inmigración ilegal y la necesidad de reforzar la seguridad de las fronteras para evitar ataques terroristas.

"La inmigración ilegal es un serio reto y nuestra responsabilidad es clara: Vamos a proteger la frontera", afirmó el mandatario.

Después de pasar casi una semana en su hacienda de Crawford, Texas, Bush salió de gira para promover su plan de inmigración, primero en Tucson y de nuevo el martes en El Paso, Texas.

Algunos senadores republicanos de los estados fronterizos dicen que hay una necesidad de modificar las leyes migratorias, pero que no están completamente convencidos del punto de vista de Bush.

Durante más de un año, el presidente ha estado exhortando al Congreso a actuar en un programa de trabajadores invitados. Bajo su plan, se le permitiría a los extranjeros indocumentados obtener visas de tres años. Podrían extenderlo tres años más, pero luego tendrían que regresar a sus países durante un año para poder solicitar un nuevo permiso de trabajo.

El plan de Bush incluye un programa de trabajadores visitantes para extranjeros junto con un fortalecimiento de la seguridad en la frontera, en un intento por satisfacer a sus partidarios empresariales, que creen que los trabajadores extranjeros ayudan a la economía, y otros conservadores que lo respaldan y desean mano dura contra la inmigración ilegal.

Dijo que el programa que propone crearía una forma legal para poner en contacto a los trabajadores extranjeros con empleadores en Estados Unidos para efectuar labores que los estadounidenses no quieren hacer.

"Este programa ayudaría a satisfacer las demandas de una economía en crecimiento, y permitiría a los trabajadores honrados obtener el sustento para sus familias al tiempo que respetan la ley", dijo Bush.

Menos cruzarían la frontera

"Este plan también nos ayudaría a disminuir la presión (migratoria) en la frontera al crear un canal legal para los que entran a Estados Unidos a laborar jornadas honestas", comentó.

Bush indicó que su plan reduciría el número de trabajadores que intentan filtrarse a través de la frontera y le daría más libertad a las fuerzas policiales para concentrar sus esfuerzos en atrapar a delincuentes, narcotraficantes y terroristas.

"El programa que propongo no crearía una ruta automática para obtener la ciudadanía", señaló Bush. "No sería una amnistía. Yo me opongo a una amnistía. El recompensar a los que han violado la ley alentaría a otros a romperla y nuestra frontera seguiría bajo intensa presión".

El líder demócrata en el senado, Harry Reid, le envió una carta el lunes a Bush para alentar cambios realistas a las leyes migratorias, modificaciones en las que participen los republicanos y los demócratas.

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