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Comentario de Schwarzenegger se extiende
... Contribuyó a bloquear un proyecto de ley cuyo propósito era legalizar a unos 500 mil obreros agrícolas en Estados Unidos, diciendo que eso era "un gran imán" para atraer a indocumentados.
Escrito el 29 Apr 2005
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SAN FRANCISCO, California - Entre las muchas minas terrestres desperdigadas en el territorio político de California, pocas son tan traicioneras e impredecibles como el asunto de la inmigración ilegal. El gobernador Arnold Schwarzenegger lo pudo comprobar en fecha reciente. El tema le estalló a Schwarzenegger en la cara la semana pasada, durante un discurso de la Asociación de Periódicos de Estados Unidos.
En respuesta a una pregunta, el gobernador republicano sugirió que las autoridades deberían "cerrar la frontera en California, todo a través de México y Estados Unidos", a fin de frenar el flujo de indocumentados.
De inmediato, llovieron las críticas, y Schwarzenegger se disculpó al día siguiente.
El gobernador atribuyó la metida de pata a sus problemas con el inglés, y dijo que estaba en favor de "asegurar las fronteras". Tenemos una relación extraordinaria con México", dijo Schwarzenegger. "Yo filmé cuatro películas en México. Me encanta ir de vacaciones a México. Tenemos un gran acuerdo comercial con México".
Pero mientras los demócratas criticaban a Schwarzenegger ("las palabras del gobernador son un bochorno", dijo el secretario del Tesoro estatal, Phil Angelides), las dos senadoras federales por el estado, Dianne Feinstein y Barbara Boxer, expresaron sus propias preocupaciones sobre los problemas causados por una frontera repleta de filtraciones.
Boxer advirtió que la propuesta del presidente George Bush de otorgar status legal a millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos "abrirá las compuertas" a más indocumentados. Y Feinstein contribuyó a bloquear un proyecto de ley cuyo propósito era legalizar a unos 500 mil obreros agrícolas en Estados Unidos, diciendo que eso era "un gran imán" para atraer a indocumentados.
Esos comentarios demuestran la creciente preocupación que plantea la inmigración ilegal. Un tema con un fuerte contenido emotivo que no ha podido ser solucionado en el ámbito político.
En respuesta a una pregunta, el gobernador republicano sugirió que las autoridades deberían "cerrar la frontera en California, todo a través de México y Estados Unidos", a fin de frenar el flujo de indocumentados.
De inmediato, llovieron las críticas, y Schwarzenegger se disculpó al día siguiente.
El gobernador atribuyó la metida de pata a sus problemas con el inglés, y dijo que estaba en favor de "asegurar las fronteras". Tenemos una relación extraordinaria con México", dijo Schwarzenegger. "Yo filmé cuatro películas en México. Me encanta ir de vacaciones a México. Tenemos un gran acuerdo comercial con México".
Pero mientras los demócratas criticaban a Schwarzenegger ("las palabras del gobernador son un bochorno", dijo el secretario del Tesoro estatal, Phil Angelides), las dos senadoras federales por el estado, Dianne Feinstein y Barbara Boxer, expresaron sus propias preocupaciones sobre los problemas causados por una frontera repleta de filtraciones.
Boxer advirtió que la propuesta del presidente George Bush de otorgar status legal a millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos "abrirá las compuertas" a más indocumentados. Y Feinstein contribuyó a bloquear un proyecto de ley cuyo propósito era legalizar a unos 500 mil obreros agrícolas en Estados Unidos, diciendo que eso era "un gran imán" para atraer a indocumentados.
Esos comentarios demuestran la creciente preocupación que plantea la inmigración ilegal. Un tema con un fuerte contenido emotivo que no ha podido ser solucionado en el ámbito político.