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Con Gobierno Dividido, ¿Habrá Parálisis o Consenso?
Escrito el 08 Nov 2010
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WASHINGTON - Los estadounidenses están unidos en su descontento por la situación económica, por cómo funciona la política en Washington, por la dirección en que va el país.
Al mismo tiempo, están divididos de manera profunda sobre la manera en que se deben solucionar los problemas más grandes del país: la creciente deuda federal, el desempleo cercano al 10% y la lentitud de la recuperación económica. Las elecciones del martes garantizaron que el gobierno también esté dividido y el presidente Barack Obama y la envalentonada oposición republicana enfrentan dos alternativas: el consenso o la parálisis.
¿Podrá esta nueva división de poder, marcada por diferencias ideológicas sobre la solución a problemas cada vez más complejos, conducir a un país fuertemente polarizado? ¿Lo intentarán los líderes políticos?
Además, ¿si los votantes no saben qué quieren, más allá de un cambio, cómo puede responderles este gobierno dividido? Estas serán las dudas centrales de los próximos dos años en que un oficialismo debilitado y una oposición pujante intentarán responder a las ansias del electorado y al mismo tiempo retener sus puestos en el 2012. "Quizás sea un mensaje de la población. Tenemos un demócrata en la Casa Blanca, tendremos una mayoría de gobernadores republicanos. Tendremos un Senado demócrata, una Cámara de Representantes republicana", dijo el presidente del Partido Demócrata Tim Kaine la noche del martes. "Todos tenemos que trabajar juntos".
Los republicanos y los demócratas tiene visiones contrastantes sobre los impuestos, el sistema de salud y la política fiscal, por lo que es difícil pensar que puedan encontrar iniciativas de consenso. Están de acuerdo en que es prioritario estimular la economía y crear empleos, pero no en cómo.
Al mismo tiempo, están divididos de manera profunda sobre la manera en que se deben solucionar los problemas más grandes del país: la creciente deuda federal, el desempleo cercano al 10% y la lentitud de la recuperación económica. Las elecciones del martes garantizaron que el gobierno también esté dividido y el presidente Barack Obama y la envalentonada oposición republicana enfrentan dos alternativas: el consenso o la parálisis.
¿Podrá esta nueva división de poder, marcada por diferencias ideológicas sobre la solución a problemas cada vez más complejos, conducir a un país fuertemente polarizado? ¿Lo intentarán los líderes políticos?
Además, ¿si los votantes no saben qué quieren, más allá de un cambio, cómo puede responderles este gobierno dividido? Estas serán las dudas centrales de los próximos dos años en que un oficialismo debilitado y una oposición pujante intentarán responder a las ansias del electorado y al mismo tiempo retener sus puestos en el 2012. "Quizás sea un mensaje de la población. Tenemos un demócrata en la Casa Blanca, tendremos una mayoría de gobernadores republicanos. Tendremos un Senado demócrata, una Cámara de Representantes republicana", dijo el presidente del Partido Demócrata Tim Kaine la noche del martes. "Todos tenemos que trabajar juntos".
Los republicanos y los demócratas tiene visiones contrastantes sobre los impuestos, el sistema de salud y la política fiscal, por lo que es difícil pensar que puedan encontrar iniciativas de consenso. Están de acuerdo en que es prioritario estimular la economía y crear empleos, pero no en cómo.