Cuauhtémoc Blanco vuelve al club que lo vio nacer

MEXICO- Apenas medio año después de ser echado del América por indisciplinado, el delantero Cuauhtémoc Blanco ha dado el golpe moral más importante de su carrera de futbolista, al ser llamado de regreso al equipo para que lo saque de una crisis.

Un regreso esperado

Blanco es el jugador más irreverente de la liga de México y aunque es uno de los atacantes más talentosos del circuito, la gente lo recuerda más por sus escándalos, lo cual llevó al América a exiliarlo hace seis meses en el Tiburones de Veracruz, por entonces el peor del país al terminar último en el torneo Clausura.

Con el mismo descaro de sus tiempos de niño cuando gastaba el tiempo con una pelota de fútbol en el barrio pobre de Tepito, Blanco asumió su suerte y decidió dar una lección a su antiguo club con un mejor juego para que lo extrañaran más. La estrategia funcionó: llevado de su mano, el Veracruz saltó del último lugar al primer lugar de la clasificación en el torneo siguiente, en el que anotó cinco goles, dio pase para otros cuatro y fue el guía espiritual y material el conjunto.

Su venganza se consumó cuando los "escualos" visitaron al América en el estadio Azteca y los hinchas se unieron para pedir su regreso. "Blanco, te presto a mi mujer, pero por favor regresa a casa", le rogó un aficionado, mientras otro calificó de burros a los directivos por haber dejado ir a su símbolo.

Aquello fue un regalo para su egocentrismo, pero no lo disfrutó porque en su interior sólo deseaba regresar a las Aguilas, el club de su vida, según sus propias declaraciones. Al final, la lejanía del delantero fue consecuencia de una corta ruptura, con ofensas mutuas mientras duró el disgusto y una dulce reconciliación, sellada hoy con su presentación como refuerzo para el año 2005.

Manuel Lapuente, director deportivo del América, aseguró que el Cuauhtémoc que regresa está más centrado y maduro que el de antes; la declaración parece sólo un cumplido, porque Blanco cambió poco con el Veracruz, club con el que recibió dos tarjetas rojas y ocho amarillas en apenas 18 juegos.

Aunque fracasó en el Valladolid del fútbol español, en el que anotó tres veces en 20 juegos, en México, Blanco es un referente de la liga, tal vez porque los hinchas lo ven como un ejemplo de superación por haber vencido a la miseria en Tepito.

Cierto que con sus burlas a rivales, árbitros y medios, viola las reglas más elementales de urbanidad en el fútbol, pero al tocar el balón, Cuauhtémoc Blanco siempre hace valer su condición de gran jugador, lo cual ha terminado por pesar en la oficina del América.

Se trata del tipo de futbolista que aparece en el suelo para reclamar faltas alrededor de una decena de veces por partido, suele mentar la madre a los árbitros y disfruta pelear con los rivales, lo cual unido a sus indisciplinas lo convierte en centro de ataques, aunque no sea el único "chico malo" del circuito.

De cualquier manera, al regresar al América, Blanco ha demostrado hoy su gran capacidad de resurgimiento, la misma que aprendió en los años duros de su niñez. Algo de eso había mostrado en 2000, cuando el trinitense Ansil Elcock le fracturó una rodilla en un partido de la eliminatoria mundial y estuvo a punto de acabar con su carrera.

Ahora la historia es menos dramática, pero igual le ha servido a Blanco para demostrar que su caso no tiene remedio en la liga local porque, si bien sus escándalos suenan mucho, la calidad de su juego pesa más y por ella ha apostado el maltrecho club América.

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