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Cuchilla para Sentirte Mejor
Escrito el 05 Feb 2010
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En estos tiempos la gente no está comprando. Las tiendas no están vendiendo. Los restaurantes tienen muchas mesas disponibles. Y muchos lugares vacacionales están desiertos. Sería lógico concluir que las oficinas de cirujanos plásticos estén vacías durante esta crisis económica. Sin embargo, muchos reportes indican que en estos momentos los servicios estéticos están muy solicitados.
¿Cómo es posible que estos procedimientos tengan tanta demanda durante una recesión? En momentos difíciles y de incertidumbre muchos buscan una solución rápida para sentirse mejor. Creemos que arreglando el exterior, llenaremos el vacío interior que nos aflige. En vez de invertir dinero, tiempo y energía con arreglos cosméticos, nos beneficiaría mucho más mejorar nuestro espíritu e intelecto. Irónicamente, hay mujeres que jamás gastarían $15 dólares en un libro, pero pagan $5,000 por un par de “melones” gigantescos.
Además del impacto económico, una cirugía plástica implica grandes riesgos físicos y sicológicos. Realzar tus atributos, puede traer ciertos beneficios, pero no es la solución a problemas, ni llena vacíos emocionales.
Si estás considerando ponerte bajo la cuchilla, antes de tomar la decisión, te invito a reflexionar sobre tus verdaderas intenciones para dar un paso tan serio. Si alguna de las siguientes premisas es parte de tus motivaciones, te sugiero no hacerlo. Buscas la felicidad: Piensas que mejorar tu “look” te hará sentir la felicidad que tanto anhelas. Ten en cuenta que esa dicha será temporera. La felicidad duradera dependerá de tu actitud ante la vida y no de tu apariencia física.
Lo haces por otros: Hay quienes erróneamente quieren satisfacer al novio o marido, otras lo hacen para darle celos al ex, algunas por un cambio de carrera y una que otra para estar a la par con las amigas. Nunca tomes decisiones para complacer o impresionar a nadie, hazlo porque te deleita a ti, sin importar lo que opinen los demás.
Confianza en ti misma: “Si me aumento los senos, voy a sentirme más segura”. Este es el argumento más utilizado entre aquellas que desean justificar una operación. Si eres insegura antes de los implantes, lo serás después también. La seguridad tiene su raíz en quererte y aceptarte tal como eres. Un procedimiento estético debe ser un valor agregado a tu persona, pero no lo que determine tu seguridad.
Te recuerdo que las cualidades que hacen a una gran mujer no se logran con el bisturí. No hay procedimiento de belleza que supere la hermosura que irradias cuando eres bondadosa, compasiva y amorosa. ¡Invierte en tu interior y después en tu exterior!
¿Cómo es posible que estos procedimientos tengan tanta demanda durante una recesión? En momentos difíciles y de incertidumbre muchos buscan una solución rápida para sentirse mejor. Creemos que arreglando el exterior, llenaremos el vacío interior que nos aflige. En vez de invertir dinero, tiempo y energía con arreglos cosméticos, nos beneficiaría mucho más mejorar nuestro espíritu e intelecto. Irónicamente, hay mujeres que jamás gastarían $15 dólares en un libro, pero pagan $5,000 por un par de “melones” gigantescos.
Además del impacto económico, una cirugía plástica implica grandes riesgos físicos y sicológicos. Realzar tus atributos, puede traer ciertos beneficios, pero no es la solución a problemas, ni llena vacíos emocionales.
Si estás considerando ponerte bajo la cuchilla, antes de tomar la decisión, te invito a reflexionar sobre tus verdaderas intenciones para dar un paso tan serio. Si alguna de las siguientes premisas es parte de tus motivaciones, te sugiero no hacerlo. Buscas la felicidad: Piensas que mejorar tu “look” te hará sentir la felicidad que tanto anhelas. Ten en cuenta que esa dicha será temporera. La felicidad duradera dependerá de tu actitud ante la vida y no de tu apariencia física.
Lo haces por otros: Hay quienes erróneamente quieren satisfacer al novio o marido, otras lo hacen para darle celos al ex, algunas por un cambio de carrera y una que otra para estar a la par con las amigas. Nunca tomes decisiones para complacer o impresionar a nadie, hazlo porque te deleita a ti, sin importar lo que opinen los demás.
Confianza en ti misma: “Si me aumento los senos, voy a sentirme más segura”. Este es el argumento más utilizado entre aquellas que desean justificar una operación. Si eres insegura antes de los implantes, lo serás después también. La seguridad tiene su raíz en quererte y aceptarte tal como eres. Un procedimiento estético debe ser un valor agregado a tu persona, pero no lo que determine tu seguridad.
Te recuerdo que las cualidades que hacen a una gran mujer no se logran con el bisturí. No hay procedimiento de belleza que supere la hermosura que irradias cuando eres bondadosa, compasiva y amorosa. ¡Invierte en tu interior y después en tu exterior!