De niña a mujer

La celebración se hizo popular en Estados Unidos primero durante la década de 1930 y en ocasiones se ha combinado con la costumbre estadounidense de "sweet sixteen", que celebra el decimosexto aniversario de la muchacha, también con el sentido de "presentación en sociedad" de la joven.

La historia

La fiesta de quince años es un ritual que celebran las muchachas latinas para despedir a la niñez y darle la bienvenida a la juventud, un rito de transición, tradición muy arraigada de la familia latina.

Se puede comparar a un bat mitzvah para los judíos o a una fiesta de “Dulces Dieciséis” años para los anglosajones.

La tradición

Existe la posibilidad de que la ceremonia haya tenido sus comienzos en parte a los ritos de pubertad que se celebraban entre los indios americanos, hace más de 500 años, para indicar la entrada a la vida adulta y la aceptación de responsabilidades.

Los jóvenes mayas y aztecas celebraban una ceremonia religiosa de la iglesia católica para dar gracias a sus dioses. Esto era un rito a la vida adulta. Era de esperar que la muchacha contribuyera a la comunidad que la había visto crecer y la había cuidado. Era así como entraba a su transición de niña a mujer.

Hoy en día, algunas muchachas hacen lo imposible por lucir el vestido más lindo y tener la fiesta más bella, sin embargo, es de gran importancia hacer hincapié en los principios morales de la muchacha.

En México y América Central, las fiestas de quince años son en parte religiosas de la iglesia católica y en parte eventos sociales. La fiesta consta primero de una misa especial para la celebrante, durante la cual renueva su compromiso con los valores cristianos.

La quinceañera llega a la iglesia luciendo un traje largo, generalmente blanco o en tonos pastel, a veces con encajes. Sus padres y padrinos son situados a ambos lados y ella toma un asiento especial al pie del altar durante toda la misa de la iglesia católica.

La acompañan 14 damitas de honor con sus respectivos chambelanes, todos ellos seleccionados del grupo de familiares y amigos más allegados.

Al final de la misa de la iglesia católica, las hermanas menores, primas y amigas reparten recuerditos a los asistentes, mientras la quinceañera deposita un ramillete de flores en el altar de la Virgen María.

Acto seguido, se celebra una fiesta en honor a la quinceañera.

En los últimos años, la iglesia católica ha instado a las familias a poner énfasis en la parte espiritual del evento y desanimar festividades sociales extremadamente caras que no están al alcance de todas las familias.

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