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DREAM Act: moralmente vacía y políticamente estúpida
Escrito el 06 Dec 2010
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Washington, DC – En una ciudad donde no escasea la hipocresía, el senador republicano de Texas, John Cornyn, supera las expectativas. En su más reciente esfuerzo por impedir el avance de medidas de alivio migratorio, Cornyn se opone a que se considere el proyecto DREAM Act asegurando que los estadounidenses quieren que el Congreso sólo se enfoque en la seguridad de la frontera. Cornyn acusó a los demócratas de politiquear al tratar de presentar el proyecto que concede una vía de legalización a jóvenes indocumentados: “Ciertamente entiendo la difícil situación de estos jóvenes que sin ninguna culpa se encuentran en este aprieto, pero el tipo de juegos que el líder de la mayoría (demócrata) Reid está jugando están diseñados más para hacer politiquería que para solucionar el problema”.
Según Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, “el hecho de que John Cornyn siga asegurando que apoya la reforma migratoria mientras se escuda tras una fachada de excusas, una lógica torcida y la miopía política para evadir cualquier acción en ese frente, es moralmente vacío y políticamente estúpido”.
¿Está Cornyn tan embelesado con (la columnista conservadora) Michelle Malkin y sus clones que prefiere abandonar cualquier semblanza de valentía política y llevar al Tea Party de Texas y del país al precipicio cuando del voto latino se trata?
¿O será que el senador Cornyn no quiere verse obligado a votar sobre el DREAM Act porque tendría que escoger entre apelar al sector más tenebroso de Estados Unidos, que Malkin representa, o apoyar a miles de jóvenes brillantes, talentosos y patrióticos? Descifremos la postura migratoria de Cornyn: asegura que apoya la reforma migratoria pero se niega a trabajar con senadores demócratas para abordarla. Vocifera sobre la necesidad de “fronteras seguras primero”, una receta de política pública que parece ser de mano dura pero que es insustancial y que consiste en mover constantemente las metas que, de hecho, se han cumplido en materia de seguridad fronteriza en vez de abordar los aspectos fundamentales que hacen que el sistema migratorio esté quebrantado. Ignora el hecho de que el gobierno federal ha reforzado dramáticamente la seguridad y los gastos fronterizos, que los crímenes a lo largo de la frontera han, de hecho, disminuido, y que los esfuerzos diarios de aplicación de leyes se han intensificado. Luego, cuando los demócratas, que han arribado a un punto muerto en el tema de la reforma integral, intentan llevar a discusión una medida de alivio migratorio de menor alcance que tiene apoyo bipartidista, dice que no puede apoyarla porque sólo se trata de un “juego político”. No importa que en el año 2003 Cornyn votó a favor del DREAM Act. Aparentemente es más importante que Michelle Malkin esté despotricando en contra del DREAM Act en la blogósfera conservadora y que en estos días los republicanos se resistan a colaborar con los demócratas en lo que sea. Y aunque Cornyn no esté dispuesto a apoyar los sueños y las aspiraciones de jóvenes líderes inmigrantes, ciertamente debe saber lo que se avecina cuando del voto latino y los republicanos se trata.
La realidad es que Cornyn y el Partido Republicano necesitan el DREAM Act y tienen que llevarse algún crédito por su aprobación. Cornyn sólo tiene que echarle un vistazo a los cambios demográficos de su propio estado y al impacto que tuvieron los votantes latinos en las elecciones de 2010 para reconocer las implicaciones a largo plazo de la postura migratoria de su partido. Si los republicanos no apoyan el DREAM Act, el rostro público del Partido Republicano serán los gemelos de la deportación masiva y figuras del Comité cameral Judicial, Lamar Smith, republicano de Texas, y Steve King, republicano de Iowa. Es un rostro bastante desagradable, sobre todo en vía a las elecciones generales de 2012 cuando los votantes hispanos podrían decidir el ganador de la presidencia y definir muchas contiendas al Senado, la Cámara Baja y otras.
No sólo sería políticamente sabio para Cornyn apoyar el DREAM Act sino que sería lo correcto para el país. En estos momentos, jóvenes inmigrantes de Texas conducen una huelga de hambre para atraer atención a su lucha de aprobar el DREAM Act para asistir a la universidad o inscribirse en el servicio militar. Como escribió el columnista conservador Rubén Navarrette, “no tenemos ningún reparo en contratar a estas personas para hacer nuestras tareas y facilitarnos la vida. Pero cuando sus hijos se atreven a soñar con una mejor vida y tratan de ir a la universidad para hacer ese sueño realidad, les colocamos obstáculos como si nos preocupara perder una futura fuerza laboral. Eso no es nada. Con nuestra conducta, deberíamos preocuparnos de perder nuestras almas”. Sharry agregó que “independientemente de si es demasiado tarde o no para salvar el alma de Cornyn, ojalá que algunos republicanos sensibles reconozcan que el DREAM Act es positivo para la juventud que podría beneficiarse y para el país en general. Sería de gran ayuda para nuestra economía y nuestra competitividad, fortalecería nuestro servicio militar, y se trata de una medida apoyada por estadounidenses de diversa ideología”. “No más excusas, senador Cornyn. Cuando llegue el momento de votar por el DREAM Act, todo mundo sabrá exactamente a qué lado usted apoya”.
Según Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, “el hecho de que John Cornyn siga asegurando que apoya la reforma migratoria mientras se escuda tras una fachada de excusas, una lógica torcida y la miopía política para evadir cualquier acción en ese frente, es moralmente vacío y políticamente estúpido”.
¿Está Cornyn tan embelesado con (la columnista conservadora) Michelle Malkin y sus clones que prefiere abandonar cualquier semblanza de valentía política y llevar al Tea Party de Texas y del país al precipicio cuando del voto latino se trata?
¿O será que el senador Cornyn no quiere verse obligado a votar sobre el DREAM Act porque tendría que escoger entre apelar al sector más tenebroso de Estados Unidos, que Malkin representa, o apoyar a miles de jóvenes brillantes, talentosos y patrióticos? Descifremos la postura migratoria de Cornyn: asegura que apoya la reforma migratoria pero se niega a trabajar con senadores demócratas para abordarla. Vocifera sobre la necesidad de “fronteras seguras primero”, una receta de política pública que parece ser de mano dura pero que es insustancial y que consiste en mover constantemente las metas que, de hecho, se han cumplido en materia de seguridad fronteriza en vez de abordar los aspectos fundamentales que hacen que el sistema migratorio esté quebrantado. Ignora el hecho de que el gobierno federal ha reforzado dramáticamente la seguridad y los gastos fronterizos, que los crímenes a lo largo de la frontera han, de hecho, disminuido, y que los esfuerzos diarios de aplicación de leyes se han intensificado. Luego, cuando los demócratas, que han arribado a un punto muerto en el tema de la reforma integral, intentan llevar a discusión una medida de alivio migratorio de menor alcance que tiene apoyo bipartidista, dice que no puede apoyarla porque sólo se trata de un “juego político”. No importa que en el año 2003 Cornyn votó a favor del DREAM Act. Aparentemente es más importante que Michelle Malkin esté despotricando en contra del DREAM Act en la blogósfera conservadora y que en estos días los republicanos se resistan a colaborar con los demócratas en lo que sea. Y aunque Cornyn no esté dispuesto a apoyar los sueños y las aspiraciones de jóvenes líderes inmigrantes, ciertamente debe saber lo que se avecina cuando del voto latino y los republicanos se trata.
La realidad es que Cornyn y el Partido Republicano necesitan el DREAM Act y tienen que llevarse algún crédito por su aprobación. Cornyn sólo tiene que echarle un vistazo a los cambios demográficos de su propio estado y al impacto que tuvieron los votantes latinos en las elecciones de 2010 para reconocer las implicaciones a largo plazo de la postura migratoria de su partido. Si los republicanos no apoyan el DREAM Act, el rostro público del Partido Republicano serán los gemelos de la deportación masiva y figuras del Comité cameral Judicial, Lamar Smith, republicano de Texas, y Steve King, republicano de Iowa. Es un rostro bastante desagradable, sobre todo en vía a las elecciones generales de 2012 cuando los votantes hispanos podrían decidir el ganador de la presidencia y definir muchas contiendas al Senado, la Cámara Baja y otras.
No sólo sería políticamente sabio para Cornyn apoyar el DREAM Act sino que sería lo correcto para el país. En estos momentos, jóvenes inmigrantes de Texas conducen una huelga de hambre para atraer atención a su lucha de aprobar el DREAM Act para asistir a la universidad o inscribirse en el servicio militar. Como escribió el columnista conservador Rubén Navarrette, “no tenemos ningún reparo en contratar a estas personas para hacer nuestras tareas y facilitarnos la vida. Pero cuando sus hijos se atreven a soñar con una mejor vida y tratan de ir a la universidad para hacer ese sueño realidad, les colocamos obstáculos como si nos preocupara perder una futura fuerza laboral. Eso no es nada. Con nuestra conducta, deberíamos preocuparnos de perder nuestras almas”. Sharry agregó que “independientemente de si es demasiado tarde o no para salvar el alma de Cornyn, ojalá que algunos republicanos sensibles reconozcan que el DREAM Act es positivo para la juventud que podría beneficiarse y para el país en general. Sería de gran ayuda para nuestra economía y nuestra competitividad, fortalecería nuestro servicio militar, y se trata de una medida apoyada por estadounidenses de diversa ideología”. “No más excusas, senador Cornyn. Cuando llegue el momento de votar por el DREAM Act, todo mundo sabrá exactamente a qué lado usted apoya”.