Los chicos en tercer grado suelen tener entre 7 y 8 años de edad y muestran interés en el útil uso del dinero.
En el programa de clases de las escuelas es común que usen el concepto de comprar artículos para enseñarles el uso de las monedas, las cuatro operaciones matemáticas o las fracciones. Para los chicos, hasta los mas pequeños, es fácil ver como se usa el dinero, aunque no estén muy claros de dónde salen esos pedazos de papel o de metales que lo representan.
Cuando en la charla preguntaron a los estudiantes de donde “provenía” el dinero, las respuestas incluyeron: “del cajero automático”, “del banco”, “del bolso de mamá”, pero pocos se percataron que para eso tenían que entrar allí primero. Usualmente para ayudarlos a entender el valor del dinero, los padres consideramos la opción de asignarles una “paga” o “mesada” (allowance en inglés). Si piensas en esta opción como una manera de dejarlos que ellos paguen por sus cosas, no te apresures, porque hasta que no aprendan el valor de producir ese dinero no van a saber administrar adecuadamente sus recursos. Como madre creo que una de las lecciones que debemos inculcarles sobre el dinero no es sólo para sacarle provecho y ahorrar, sino también lo que implica ganárselo.
Así que si algunos padres califican a la mesada como una forma de pago, no están del todo errados y por lo mismo puede ser muy útil como mecanismo de enseñanza. Lo ideal es que los chicos a partir de una cierta edad vean el efecto y reacción que hay entre hacer actividades que requieren tiempo y esfuerzo y obtener dinero a cambio. Por eso, si estás considerando dar una mesada a tus hijos, te recomiendo que a cambio ellos tengan responsabilidades o actividades que condicionen dicho beneficio (mesada).