El aroma ideal para cada mujer
Muchos piensan que el perfume clave es aquel que hace que un hombre gire su cabeza para ver de dónde viene ese aroma. O el que obliga a otra mujer a preguntar: ¿qué perfume tienes puesto?
Sin embargo, el origen de los perfumes tuvo un propósito curativo más que sensual. Los antiguos egipcios, que fueron maestros en el arte de las sustancias aromáticas, consideraban que los distintos aromas curaban muchas dolencias.
Hojas, flores, madera y cítricos formaban parte de aquel milenario arsenal terapéutico, la misma base que los modernos perfumistas utilizan para producir fragancias.
De la mano de los romanos, los perfumes pasaron a ser complemento de la belleza, mientras que en la Edad Media eran sinónimo de lujuria, y durante el Romanticismo se los reivindicó como “acompañantes del espíritu”. Cada época valoró al perfume de distinta manera.
Hoy en día, un frasco de perfume, colonia o loción es un elemento más de cualquier toilette o cartera.
Según Ian Hamilton, ejecutivo de L'Oreal (que posee marcas de perfumes Cacharel, Armani y Paloma Picasso, entre otros), "hay perfumes que no te nace aplicártelos, porque no van con tu estilo o tu personalidad.
Lo mismo pasa con la ropa, hay tiendas en las que ni siquiera vas a entrar, porque no es tu onda".