El drama de la deportación
Rosa Rivera Vega, esposa de Ricardo, y sus cinco hijos pequeños duermen en una camioneta estacionada en un parque público de la ciudad de El Monte, al este de Los Ángeles, desde el pasado fin de semana. "Tuvimos que salir de la vivienda porque ya no teníamos cómo pagarla y ahora estoy aquí, en el parque, desesperada", explicó a Efe Rosa, madre de cuatro niños y de una bebé, Génesis, de dos meses de nacida. "Sólo pude sacar algunas cosas, meterlas en la camioneta y venirme con los niños a este parque porque no tenemos dónde vivir", contó la madre, quien hasta 2004 trabajaba como auxiliar de enfermería, empleo que dejó para atender a sus hijos.
El jefe del hogar, un contratista de transporte, es el único soporte de esta familia que recientemente se mudó a la ciudad de El Monte, "porque estaba mejor y teníamos más espacio para que los niños jugaran".
Según contó Rosa Rivera, el sábado 23 de febrero, cerca de las 6 de la mañana la policía de El Monte llegó a su casa requiriendo a Ricardo Vega, para preguntarle "sobre una investigación".
"Ellos fueron entrando a la casa, y cuando ya estaban adentro me preguntaron si podían pasar", dijo la madre de Ricardo de 7 años, Kevin de 6, Ryan de 4 y David de 2 años, los hermanos de Génesis. "Yo les dije, pues cómo si ya están adentro", relató la mujer, quien señaló a los oficiales que su esposo no se encontraba en el hogar porque estaba trabajando con su camión. "En este caso ha habido varias irregularidades: la primera fue que la policía y no los agentes de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (ICE), entró a la casa a preguntar por el señor Vega", denunció a Efe Oswaldo Cabrera, presidente de la Coalición Latinoamericana Internacional.
"Además les hicieron preguntas a los niños mayores sobre su padre", señaló el dirigente, gestor del programa "Adóptame", por el cual un ciudadano estadounidense adopta simbólicamente a un inmigrante indocumentado que no tenga antecedentes jurídicos y esté trabajando, para apoyarlo en su proceso de legalización.
Según relata Rosa, "como el que nada debe nada teme", su esposo se presentó esa misma noche ante las autoridades pero no le dijeron nada porque no estaba el supervisor y nadie sabía sobre su caso.
"Al día siguiente fue en la mañana y ahí fue cuando lo detuvieron", a pesar de que según explicó, ya él había recibido una carta favorable en el proceso de obtener su residencia permanente y se había tomado las huellas digitales para continuar con su legalización.
"Queremos pedir que se acabe con las deportaciones que están destruyendo las familias y también que se castigue a los abogados que han realizado mala práctica", expresó Cabrera, al señalar que Vega está detenido y enfrenta una posible deportación, a causa del descuido de un abogado.
Vega había sido deportado y reingresó nuevamente al país lo cual es un delito grave -explicó Cabrera, quien también es abogado- al tiempo que indicó que dentro de su proceso de petición de residencia permanente, iniciado por su esposa, debía enviar una solicitud de perdón por el reingreso.
"El abogado que llevaba nuestro caso no envió ese 'waiver' y nosotros no sabíamos", sostuvo la señora Vega. Esa fue la razón, según supieron posteriormente, por la cual Vega -quien lleva 16 años viviendo en Estados Unidos- tenía una orden de detención.