El FBI cumplió 100 años

Todo cambió tras

ataques de 2001


WASHINGTON, DC - El 4 de septiembre de 2001, Robert Mueller, ex fiscal federal en California, tomó posesión de su cargo como nuevo director del FBI, nombrado por el presidente George W. Bush.

Siete días después, a las nueve de la mañana, estaba en su despacho en el centro de Washington, preparándose para comenzar una serie de reuniones informativas. Un asistente irrumpió entonces en su despacho. "Un avión se ha estrellado contra la torre norte del World Trade Center", le dijo. En ese mismo instante, la historia del FBI cambió para siempre. "Quedó claro entonces que la prioridad número uno del FBI debía ser la prevención de otro ataque terrorista", explicó la semana pasada Mueller en un acto de homenaje oficial a esta agencia policial, que cumplió 100 años el 26 de julio.

El actual director es la persona que ha emprendido la mayor reestructuración acometida sobre esta agencia desde los años cuarenta. Hoy, la lucha contra el terrorismo es el trabajo principal de los 12,000 agentes del FBI. Las investigaciones oficiales respecto a los ataques terroristas de 2001 han confirmado que el FBI falló estrepitosamente a la hora de evitar ataques en suelo norteamericano. La comisión oficial de investigación acusó a esta agencia de trabajar con "un entrenamiento insuficiente, barreras legales a la hora de compartir información y recursos inadecuados".

Según un informe del Inspector del Departamento de Justicia de 2005, el FBI sabía que dos de los terroristas suicidas, Nawaf Alhazmi y Jalid Almihdar, estaban en suelo estadounidense desde agosto de 2001. 'El buró no lo consideró un asunto urgente', asegura el documento.

Al descubrirse despropósitos de este tipo, el presidente George W. Bush incluyó una serie de normas en la llamada Ley Patriótica que permiten el acceso del FBI a datos de las diversas agencias de inteligencia del Pentágono y, sobre todo, confieren a sus agentes la capacidad de investigar conversaciones telefónicas, correos electrónicos y demás datos privados, sin autorización judicial.

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