El peligro americano de cada día

Caerse de la cama, un ataque al corazón de madrugada, la caída de una escalera o un trozo de embutido atascado en la garganta matan a más estadounidenses que cualquier mal que pudiera considerarse mortífero.

El artículo de portada de la revista Time de esta semana titulado Why We Worry About the Wrong Things es una reflexión sobre cómo los americanos viven peligrosamente por la tendencia que tienen a preocuparse por lo que no deben y a ignorar lo que deben saber.

"Te sería mucho más fácil gozar de la vida si no hubiese tantas cosas que tratan de matarte todos los días", escribe el autor del artículo Jeffrey Kluger, al afirmar que los problemas comienzan aún antes de caer en la cuenta de ellos. Y advierte, además, que el comportamiento ante las situaciones de peligro puede ser, en muchos casos, heredado.

Kluger no sólo describe los peligros que acechan la vida cotidiana, como caerse de la cama, un accidente que mata a 600 estadounidenses anualmente, lo peligroso que resulta un infarto mientras se duerme -40% más común que los que ocurren durante el día-, un resbalón en la acera cuando se sale de casa, o el juego de 'carreras' de autos rumbo al trabajo, sino que asegura que los estadounidenses no logran distinguir bien los verdaderos riesgos del peligro al que están expuestos.

"Agonizamos pensando en la influenza aviaria, que no ha matado precisamente a nadie hasta ahora en Estados Unidos, pero nos tienen casi que obligar a vacunarnos contra la gripe, que contribuye al deceso de 36 mil estadounidenses anualmente", cita el artículo.

Y agrega, que "nos preocupamos por el contagio de la carne de res que puede estar contaminada (pero que por supuesto no lo está) usada en nuestra hamburguesa y nos preocupamos mucho menos del colesterol que contribuye a las enfermedades del corazón, que dejan un saldo de 700 mil muertos cada año".

En tono un poco más satírico, Kluger dice que los estadounidenses se enorgullecen de ser "la única especie" que entiende el concepto de riesgo, pero tienen el hábito desconcertante de preocuparse de meras posibilidades, al paso que ignoran las probabilidades de crear barreras contra peligros reales, quedando expuestos a ellos. Hay más ejemplos de la 'ingenuidad' americana frente al riesgo: "Los consumidores aún miran con recelo una bolsa de espinaca por miedo a la bacteria E. coli, pero llenan sus canastas de papas fritas empapadas de grasa y nachos recubiertos de sal".

Al mismo tiempo, Kluger advierte de otros riesgos: el 20% de todos los adultos aún fuman, cerca de 20% de quienes conducen y más del 30% de sus pasajeros no se ponen el cinturón de seguridad, y dos terceras partes de los estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos.

"Cruzamos apresuradamente la calle contra el semáforo y construimos nuestras casas en zonas propensas a los huracanes —y cuando las derrumba una tormenta las reconstruimos en el mismo lugar", narra el periodista de Time.

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