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El triste adiós de Zidane
Escrito el 12 Jul 2006
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ALEMANIA - Zidane se ha marchado del fútbol, pero lo ha hecho de una manera inesperada. De una parte destilando la esencia del gran jugador que ha sido y haciendo jugadas de magia, pero por otra, con los nervios sin controlar, agrediendo a un contrario y siendo expulsado en la final de la Copa del Mundo que, además, perdió Francia en los penaltis.
Se fue uno de los futbolistas más grandes de todos los tiempos, y pocos dudan de que entrará en la selecta aristocracia de los que han marcado una época, junto a nombres como Di Stefano, Pelé, Maradona o Cruyff.
En la final contra Italia, Zidane había puesto en ventaja a su equipo con un penalti. Hasta los penaltis resultan golazos cuando él los ejecuta. Su lanzamiento fue de genio. Dejando que el portero italiano se lanzara y golpeando la pelota abajo. Dio en el larguero y entró.
"Zizou" se ganó a todos y a punto estuvo de resolver el sólo el partido con un cabezazo que no entró por culpa de Buffon.
Pero cuando estaba a punto de finalizar el encuentro agredió a un contrario. Todo el mundo lo vio, el nunca pasa desapercibido y, aunque la mayoría de los 69.000 espectadores rechazaron con sonoros abucheos la decisión del árbitro argentino Helizondo, le expulsó con justicia.
El jugador no salió de los vestuarios para ver a sus compañeros debatirse en la instancia extrema de los penaltis. David Trezeguet falló su lanzamiento, Italia asumió la ventaja y Zidane tampoco apareció para recoger la medalla de subcampeón. Zidane lloró en su salida y terminó su carrera con un borrón que siempre lo llevará. Atrás quedan gloria, pasión, ballet, jugadas increíbles y… lástima, la de la mala salida del último gran mago del balón.
FUERA DE SERIE.
Se ha marchado uno de los jugadores más talentosos de su generación, y sin duda el que más fútbol de arte tiene. Su manejo del balón es de una delicadeza y descaro que asusta. El propio Alfredo Di Stéfano le llama maestro.
Ha puesto de moda la jugada del "roulett", una suerte especial de regate circular que "Zizou" explicaba en una entrevista:.
"Es un gesto que me gusta mucho y que me encanta hacer. Consiste en hacer una rueda, una ruleta, en dirección a la portería para evitar al adversario. Como soy diestro, cojo el balón con el pie derecho, me lo paso al pie izquierdo y, girando al mismo tiempo, me lo llevo. Es algo que se hace para divertirse con los colegas del barrio. Pero en un estadio es complicado. Sólo lo hago si estoy seguro de mi control. Tienes que llegar antes que el rival. Si no te sale... ¡puedes quedar en ridículo!".
Yazid Zinedine Zidane nació en la ciudad de Marsella (Francia) el 23 de junio de 1972. Nada hacía pensar que el hijo de emigrantes kabiles que se crió en el popular barrio de "La Casteillane" fuera a convertirse en el jugador más alabado de fines del siglo XX y principios del XXI.
Desde niño hizo del fútbol una pasión y pronto una profesión. Enrolado en las filas del Cannes, con 17 años debutó en primera división y no tardó en convertirse en la estrella del equipo, lo que le valió que el presidente del club le regalara un Renault Clio.
El Girondins de Burdeos le propuso el primer ascenso futbolístico al ofrecerle un contrato en un club con aspiraciones de campeón, algo que Zidane no consiguió en las cuatro temporadas en las que se vistió de girondino.
Pero Francia se le quedó pequeña y el joven centrocampista, siguiendo los pasos de su ídolo Michel Platini, viajó a Turín para vestir la camiseta de la Juventus.
Con la "Vecchia Signora" su fama cobró una dimensión mundial y en su casa empezó a faltar espacio para colocar los trofeos.
FUE EL JUGADOR MÁS CARO DE LA HISTORIA.
En 2001 el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, le convirtió en el jugador más caro de la historia del fútbol, Zidane ya había amasado una buena dosis de prestigio durante las cinco campañas que militó en la Juventus de Turín.
Ya había liderado la selección francesa campeona del mundo de 1998 y de Europa dos años más tarde y había llevado a la Juventus de Turín a ganar dos ligas italianas (1997 y 1998), una Supercopa (1997) y una Copa Intercontinental (1996).
Pero fichó por el Madrid en pos de un sueño que en dos ocasiones (1997 y 1998) se le había escapado en la final con la camiseta blanquinegra: ganar la Liga de Campeones.
No le hizo falta mucho tiempo para despertar con el trofeo en las manos (2002). Una Copa de Europa, la novena del Madrid, que se ganó gracias a un soberbio tanto de "Zizou", que empalmó de forma espectacular una volea con su pierna izquierda para conseguir el 2-1 que le dio el título al Real Madrid frente al Bayer Leverkusen.
Un gol que supuso el cenit de su carrera, en la que ha sido objeto de una una pléyade de recompensas individuales, como el Balón de Oro de 1998 -el único que ha ganado- y los tres trofeos de mejor jugador del año que le ha entregado la FIFA siguiendo la opinión de los seleccionadores (1998, 2000 y 2003).
También ganó con su selección el campeonato del Mundo celebrado en Francia, frente a Brasil. Con el Real Madrid ganó la Liga y la Liga de Campeones de 2002 y desde allí comenzó su descenso.
Su clase y elegancia, combinadas con su modestia y su carácter introvertido, no le han abandonado hasta los últimos años de su carrera y este último partido oficial de su vida ha sido un poco el resumen de una historia, fútbol, virtuosismo, pero también con un borrón.
Se fue uno de los futbolistas más grandes de todos los tiempos, y pocos dudan de que entrará en la selecta aristocracia de los que han marcado una época, junto a nombres como Di Stefano, Pelé, Maradona o Cruyff.
En la final contra Italia, Zidane había puesto en ventaja a su equipo con un penalti. Hasta los penaltis resultan golazos cuando él los ejecuta. Su lanzamiento fue de genio. Dejando que el portero italiano se lanzara y golpeando la pelota abajo. Dio en el larguero y entró.
"Zizou" se ganó a todos y a punto estuvo de resolver el sólo el partido con un cabezazo que no entró por culpa de Buffon.
Pero cuando estaba a punto de finalizar el encuentro agredió a un contrario. Todo el mundo lo vio, el nunca pasa desapercibido y, aunque la mayoría de los 69.000 espectadores rechazaron con sonoros abucheos la decisión del árbitro argentino Helizondo, le expulsó con justicia.
El jugador no salió de los vestuarios para ver a sus compañeros debatirse en la instancia extrema de los penaltis. David Trezeguet falló su lanzamiento, Italia asumió la ventaja y Zidane tampoco apareció para recoger la medalla de subcampeón. Zidane lloró en su salida y terminó su carrera con un borrón que siempre lo llevará. Atrás quedan gloria, pasión, ballet, jugadas increíbles y… lástima, la de la mala salida del último gran mago del balón.
FUERA DE SERIE.
Se ha marchado uno de los jugadores más talentosos de su generación, y sin duda el que más fútbol de arte tiene. Su manejo del balón es de una delicadeza y descaro que asusta. El propio Alfredo Di Stéfano le llama maestro.
Ha puesto de moda la jugada del "roulett", una suerte especial de regate circular que "Zizou" explicaba en una entrevista:.
"Es un gesto que me gusta mucho y que me encanta hacer. Consiste en hacer una rueda, una ruleta, en dirección a la portería para evitar al adversario. Como soy diestro, cojo el balón con el pie derecho, me lo paso al pie izquierdo y, girando al mismo tiempo, me lo llevo. Es algo que se hace para divertirse con los colegas del barrio. Pero en un estadio es complicado. Sólo lo hago si estoy seguro de mi control. Tienes que llegar antes que el rival. Si no te sale... ¡puedes quedar en ridículo!".
Yazid Zinedine Zidane nació en la ciudad de Marsella (Francia) el 23 de junio de 1972. Nada hacía pensar que el hijo de emigrantes kabiles que se crió en el popular barrio de "La Casteillane" fuera a convertirse en el jugador más alabado de fines del siglo XX y principios del XXI.
Desde niño hizo del fútbol una pasión y pronto una profesión. Enrolado en las filas del Cannes, con 17 años debutó en primera división y no tardó en convertirse en la estrella del equipo, lo que le valió que el presidente del club le regalara un Renault Clio.
El Girondins de Burdeos le propuso el primer ascenso futbolístico al ofrecerle un contrato en un club con aspiraciones de campeón, algo que Zidane no consiguió en las cuatro temporadas en las que se vistió de girondino.
Pero Francia se le quedó pequeña y el joven centrocampista, siguiendo los pasos de su ídolo Michel Platini, viajó a Turín para vestir la camiseta de la Juventus.
Con la "Vecchia Signora" su fama cobró una dimensión mundial y en su casa empezó a faltar espacio para colocar los trofeos.
FUE EL JUGADOR MÁS CARO DE LA HISTORIA.
En 2001 el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, le convirtió en el jugador más caro de la historia del fútbol, Zidane ya había amasado una buena dosis de prestigio durante las cinco campañas que militó en la Juventus de Turín.
Ya había liderado la selección francesa campeona del mundo de 1998 y de Europa dos años más tarde y había llevado a la Juventus de Turín a ganar dos ligas italianas (1997 y 1998), una Supercopa (1997) y una Copa Intercontinental (1996).
Pero fichó por el Madrid en pos de un sueño que en dos ocasiones (1997 y 1998) se le había escapado en la final con la camiseta blanquinegra: ganar la Liga de Campeones.
No le hizo falta mucho tiempo para despertar con el trofeo en las manos (2002). Una Copa de Europa, la novena del Madrid, que se ganó gracias a un soberbio tanto de "Zizou", que empalmó de forma espectacular una volea con su pierna izquierda para conseguir el 2-1 que le dio el título al Real Madrid frente al Bayer Leverkusen.
Un gol que supuso el cenit de su carrera, en la que ha sido objeto de una una pléyade de recompensas individuales, como el Balón de Oro de 1998 -el único que ha ganado- y los tres trofeos de mejor jugador del año que le ha entregado la FIFA siguiendo la opinión de los seleccionadores (1998, 2000 y 2003).
También ganó con su selección el campeonato del Mundo celebrado en Francia, frente a Brasil. Con el Real Madrid ganó la Liga y la Liga de Campeones de 2002 y desde allí comenzó su descenso.
Su clase y elegancia, combinadas con su modestia y su carácter introvertido, no le han abandonado hasta los últimos años de su carrera y este último partido oficial de su vida ha sido un poco el resumen de una historia, fútbol, virtuosismo, pero también con un borrón.