Elvia Bianez: Una historia para compartir
Doña Elvia refiere que era la década de los 40's cuando su madre se subió a un camión de carga cuyo destino era el Norte. ¡Ah que María Bonillas!, junto con otras personas se acomodaron en una parte del camión y luego les cubrieron con pacas de alfalfa. El costo de viaje y la 'pasada' lo debían pagar estando en lugares seguros; de manera tal que quienes se aventuraban en aquellos tiempos traían consigo el dinero y no corrían riesgo de asalto, muerte o cualquier otra dificultad. ¡De que era difícil sí!, pero no como ahora.
Aquellos eran los tiempos en que los perros se amarraban con longanizas y al siguiente día, ahí estaban los animales echados esperando por comida. Sino vea lo que pasó con mi madre; ya en tierra del Norte sobre el freeway 5, y muy cerca de Los Angeles, era tanta la velocidad del camión que las pacas de alfalfa volaron y quedaron esparcidas por varias millas atrás. El grupo completo quedó al descubierto y "el chofer de la limusina" perdón, "el coyote del camión" muy asustado se detuvo en el motel más próximo, les rentó varias habitaciones, les acomodó y desapareció sin cobrar un tan solo centavo. ¡Lotería!
Mi madre muy pronto nos mandó a recoger junto con mi hermano y nos inscribió en una escuela muy próxima a la frontera. "Recuerdo que la maestra hizo una pregunta y bien escuché ¿Quién se quiere ir a casa? Me sumé al grupo de los que levantaron la mano y fui directo a parar a las regaderas; lloré y lloré porque yo no quería bañarme, yo solo quería irme para mi casa. Tiempo después me enteré que para esas épocas no existía en las casas calentadores de agua y en las escuelas se daba la oportunidad a las niñas de bañarse con agua caliente. Mi madre se hizo de su propio negocio en el Valle de San Fernando, California, en donde más tarde se casó con un americano por quien nosotros emigramos; luego a mis 19 años me casé, tuve a mis dos hijos Leticia y Adrián, quienes son para mi, motivo de orgullo y la razón de mi existencia. Precisamente, ahora me encuentro en Washington porque mi hijo me pidió que estuviera un poco más cerca de él, que me diera la oportunidad de contemplar y tocar a mi nieto, una abuela 100%; no lo pensé dos veces recogí mi mercadería, puse en marcha mi van y aquí estoy.
Doña Elvia Bianez, ha establecido un negocio de venta de gorras sencillas y bordadas, joyería de fantasía y Bolsas de Mano, entre otros productos en La Plaza Internacional, ubicada en la 3521 W. Court St., y se puede advertir en su cara "la felicidad de estar entre personas humildes, entre latinos que están prestos a tender una mano; viviendo lejos del bullicio y stress que provocan las grandes ciudades. Si mis paisanos me pidieran un consejo, les diría que trabajen, estudien y hagan cuanto tengan que hacer de la mejor manera, al grado de sentirse satisfechos consigo mismo.