En Granjeno Sobreviven Pese al Muro

Los habitantes de ese poblado de Texas coinciden en que la construcción de la cerca fronteriza no ha detenido el cruce de indocumentados

GRANJENO, Texas - Cuando el gobierno anunció la construcción de una cerca fronteriza que separe a Estados Unidos de México, los habitantes de este tranquilo poblado a orillas del río Bravo temían que la barrera causara estragos, les impidiera caminar por sus patios o que incluso partiese terrenos en dos.

Casi un par de años después, con la cerca casi terminada, la verdad es que Granjeno ha logrado sobrevivir — aunque la barrera no ha frenado la inmigración indocumentada. Los mexicanos y otros latinoamericanos siguen infiltrándose en territorio estadounidense, sólo que por otros lados. Es que la barrera no llegó a ser el armazón de acero y hormigón que temían. El gobierno accedió a las quejas de los pobladores locales y en lugar de ello simplemente modificó un dique ya existente, de tal manera que pueda impedir el tráfico de indocumentados y, al mismo tiempo, proteger mejor a la población en caso de una inundación.

Actualmente el dique está más alto y reforzado, alzándose 18 metros (cinco pies) en el lado mexicano. "Seguro que esa barrera nos ayudará en el futuro en caso de una inundación grande", opina Daniel Garza, de 76 años de edad y quien ha vivido toda su vida allí. "Pero para seguridad fronteriza no servirá en lo absoluto. La seguridad fronteriza más bien está empeorando".

Este pueblo de 330 habitantes fue fundado con títulos de tierra españoles en 1767, y la mayoría de los habitantes son descendientes de familias que sobrevivieron los dominios de España, México y de la breve República de Texas, hasta ser hoy ciudadanos estadounidenses. Habitan viviendas modestas y suelen realizar caminatas hasta el río.

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