Seguramente ya has notando los primeros síntomas de que estás al borde de caer en un profundo agujero financiero. Has dejado de enviar algunos pagos a tu hipoteca o al préstamo del automóvil, o quizás has exprimido tus tarjetas de crédito hasta el tope. Frecuentes llamadas telefónicas de acreedores exigiendo su dinero también son evidencia de que una crisis podría estar cerca. Un bajo puntaje de crédito podría ser también un fuerte indicador del problema, pero no siempre es un buen parámetro.
Barry Paperno, gerente de operaciones del consumidor de Fair Isaac Corp. (FICO), empresa líder en desarrollar los sistemas del puntaje crediticio, señala que los consumidores que se van en bancarrota pueden tener una gran variedad de historias crediticias, así como un amplio margen de puntajes; y pueden ser afectados en muchas formas diferentes. “El impacto en cada consumidor variará dependiendo de otros factores e valuados por el puntaje FICO, como la longevidad de su historial de crédito, la cantidad de deudas saldadas, el monto del crédito usado, los tipos de crédito, y la búsqueda de nuevo crédito”, precisó el experto.
Abogados sugieren que si tienes que declararte en bancarrota, la preparación y el momento en que lo haces son esencialmente importantes, especialmente con las nuevas provisiones de la ley como la del Capítulo 7, que determina los ingresos disponibles en las arcas del consumidor.
“Tienes que determinar el promedio de tus ingresos en los últimos seis meses”, indicó Marc Stern, co-presidente del Comité de Práctica General de Bancarrotas, una división de la Asociación de Abogados de Estados Unidos (American Bar Association).
“Si el deudor ha perdido un empleo en el que ganaba mucho dinero, mientras más tiempo espere entre la pérdida del empleo y declararse en bancarrota es mejor”, opinó el letrado. “La espera probablemente presentará un análisis más detallado y conciso de la situación del deudor”.
“Existen otros factores: Si un problema médico no se ha estabilizado, entonces no ha razón para declararse en bancarrota, o si acaso, acogerse al Capítulo 13”, apuntó Stern. “Si el deudor no está trabajando, ¿para qué hacerlo? Usualmente no hay nada para que el acreedor persiga. Espera y hazlo poco tiempo después de conseguir un empleo”.
Sin embargo, no debes esperar mucho tiempo para buscar ayuda, especialmente si encaras una acción legal en tu contra como la ejecución de tu casa (foreclosure), la reposición de tu automóvil o una pérdida inevitable de propiedad.
Debes además ser extremadamente cuidadoso con tus gastos. Controla el uso de tus tarjetas de crédito. El Instituto Americano de Bancarrota (American Bankruptcy Institute) aconseja que tan pronto decides irte a la quiebra, debes parar de usar tus tarjetas.
Expertos advierten que cualquier compra que hagas a sabiendas de que no las vas a pagar es considerada fraude según la ley de bancarrotas, y esa deuda no será desestimada en corte.
Comprar artículos de lujo como televisiones de alta definición o recibir servicios como tratamientos de relajación en un spa, o retirar adelantos en efectivo de tu tarjeta dos o tres meses antes de declararte en quiebra, son gastos que no serán eliminados de tu caso incluso si en ese momento no sabía que terminarías en bancarrota.