Hispanos temerosos a un año de redada
El 12 de diciembre de 2006, agentes de la Agencia de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés) allanaron seis plantas de la empresa Swift en todo el país, arrestando a casi 1,300 inmigrantes.
En Worthington, los agentes detuvieron a 239 empleados bajo cargos de robo de identidad y violaciones a la ley de inmigración. Un total de 180 feligreses de la iglesia católica de Santa María se encontraban entre los detenidos. Familias enteras quedaron separadas y aún viven bajo un temor constante.
"Ya no hay confianza", dijo Pedro Lira, representante sindicalista en Swift. "Era una comunidad buena. Todo el mundo encajaba; todos se llevaban bien. Los indocumentados encajaban aquí. Después que vino la ICE, se sembró el temor, la confusión. Le hace pensar a uno, 'Si salgo a la calle y me detienen, ¿me arrestarán?'", se preguntó Lira. La ICE lo ve de una manera diferente.
"Para empezar, retiramos del trabajo a más de 200 personas en Worthington que tenían documentos de identidad robados", dijo el portavoz de la ICE, Tim Counts. Las redadas abrieron empleos para trabajadores legales. "Creo que la operación tuvo beneficios en varios niveles", sostuvo.
Quienes abogan por una reforma migratoria esperan que después de las detenciones del año pasado, los políticos también abogarían por un cambio. Sin embargo, esa esperanza murió este año junto con dos proyectos de ley de reforma federal. Los observadores suponen que nada va a pasar hasta comienzos de 2009, después de la próxima elección presidencial.
"No estamos cerca de resolver los temas de inmigración en este país de lo que estábamos hace un año", dijo Bruce Nestor, un abogado de inmigración que ha representado a empleados de Swift. "Redadas como esta... no hacen nada para llevar a efecto políticas efectivas. No detienen la inmigración", indicó.