Indocumentados decidieron quedarse durante huracán Gustav
"Sabemos que murió gente durante Katrina, pero no teníamos otra opción más que quedarnos aquí", comentó Carlos Mendoza, un inmigrante ilegal de 21 años de Honduras que se quedó con otras siete personas a ver pasar la tormenta. Se refugiaron en un apartamento cercano a una esquina donde se congregan jornaleros.
"Muchos se quedaron debido al temor", señaló Mendoza. "Yo diría que al menos el 50% de nosotros".
Las autoridades ofrecieron desalojar a los residentes en autobuses y trenes, y prometieron no perseguir a inmigrantes ilegales. Pero el temor de ser arrestados o deportados hizo que Mendoza y todos los indocumentados que conoce rechazaran aceptar el viaje gratuito. Las autoridades ofrecieron desalojar a los residentes en autobuses y trenes, y prometieron no perseguir a inmigrantes ilegales. Pero el temor de ser arrestados o deportados hizo que Mendoza y todos los indocumentados que conoce rechazaran aceptar el viaje gratuito.
Grupos defensores de los derechos de los inmigrantes calculan que en la ciudad hay aproximadamente 30.000 indocumentados; nadie sabe cuántos decidieron quedarse durante el paso de Gustav.
La población hispana de Nueva Orleáns es pequeña comparada con otras ciudades estadounidenses importantes, pero era prácticamente inexistente hasta que Katrina destruyó gran parte de la ciudad.