Inmigración no los Deja Trabajar

GREELEY, Colorado - Ernesto García se sentía afortunado: a diferencia de lo que le sucedió a cientos de compañeros de trabajo, no fue deportado tras ser arrestado en una redada del servicio de inmigración. Dos años después, sin embargo, sigue sin trabajar y sobreviviendo a duras penas mientras espera que su caso se resuelva. Este guatemalteco de 34 años es uno de cientos de personas de todo el país sumidas en la incertidumbre mientras los tribunales del servicio de inmigración procesan sus casos. Un fallo favorable podría permitirle obtener la residencia permanente. Pero mientras espera -y esa espera a veces dura años-, no puede trabajar.

Julien Ross, directora de la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes de Colorado, dice que esta es una forma "sádica" de empujar a los extranjeros a que regresen a sus países por su propia cuenta. "Es otro ejemplo de que las redadas no funcionan", declaró Ross. "Hacerlos esperar por años que se resuelvan sus casos es como tirarle sal a la herida. Y el gobierno sabe que esto no funciona". Los casos de infracciones a las leyes de inmigración no pueden ser procesados en forma acelerada, como algunos casos penales. En Denver, los cuatro jueces especializados en temas de inmigración manejan hasta 2,000 casos a la vez, por lo que las demoras son inevitables, según Christina Fiflis, abogada que representa a algunos de los trabajadores detenidos en la redada hecha en la planta de Swift en Greeley el 12 de diciembre del 2006.Algunos pueden solicitar permisos temporales de trabajo, pero generalmente hay "demoras extraordinarias" en la tramitación de esos permisos, indicó Fiflis.

Al no poder trabajar, los extranjeros dependen de familiares, amigos y la caridad.

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