Javier Aguirre: Por la Boca Muere el Pez

El viejo “Vasco” Javier Aguirre se equivocó de nuevo. Como cuando dijo que un simple partido de futbol era una guerra abierta contra El Salvador y todos recuerdan cuando le da una patada al jugador panameño Phillips al borde del terreno de juego. Esto es lo que queda claro luego de sus declaraciones a la Cadena Ser de España.
En ese medio extranjero, Aguirre llamó a México un país, "jodido, jodido", con toda las consecuencias que el uso de la palabra traen. Por otra parte confirmó lo sabido: que después del Mundial se exilia de nuevo en Europa, pero esta vez porque parece que tiene miedo de vivir en México, cuando en verdad no vive en el país y sólo lo visita para entrenar a la selección, y se mueve entre Miami y Madrid.
Es decir, así como en el torneo del 2002 cuando desde antes del Mundial estaba arreglado para dirigir al Osasuna y lo negaba, ya tiene decidido abandonar al Tri luego del mundial, pese a que hace unos meses dijo que le interesaba un proceso de cuatro años.
Aguirre acepta tácitamente, en respuesta a una pregunta de Cadena Ser, la idea de que su integridad correría peligro de ser violentada, literalmente, si el Tri no satisface los gustos mundialistas de algún inadaptado, aunque la historia expone que la afición muestra madurez y mucha o resignación cada cuatro años, para aceptar sin chistar el estrellarse de bruces con la decepción por haber sido eliminado otra vez.
De ser cierto que el fracaso deportivo implique paredón o la posibilidad de esto, de existir ese tipo de barbarie primitiva entre la tribuna mexicana, habrían pasado al cementerio hace rato ya Bora Milutinovic, Manuel Lapuente, Miguel Mejía Barón, Enrique Meza, Ricardo La Volpe, Hugo Sánchez y Ricardo La Volpe, junto al mismo Javier Aguirre, quien víctima de inmadurez y equivocaciones, provocó en gran medida la derrota de México ante los Estados Unidos en 2002.
Aguirre deja claro que si México ha terminado entre los sitios 10 y 15 en copas del mundo, pensar en algo excepcional en Sudáfrica 2010 parece una utopía. Para eso se va a desarmar equipos como Chivas o Morelia, por ejemplo, con la Copa Libertadores de por medio. Se pide el el apoyo y la unidad a directivos, aficionados, medios informativos, para formar un bloque colectivo de esperanza e ilusiones para “hacer historia” en Sudáfrica.
Cabe preguntarse hoy si Aguirre acepta por el dinero a recibir y ya recibido simplemente, el hacerse cargo de una selección que aspira, según él, a alcanzar apenas la ronda de octavos de final en un Mundial donde Uruguay y Francia, como México, jugarán en tierra ajena, y el anfitrión, Sudáfrica, es una caricatura de equipo mundialista. Se dijo en la prensa Mexicana que el de Aguirre es el discurso del “líder” que claudica antes de la batalla.
Tal vez lo sea, lo que es evidente es que con entrenadores del dudoso calibre de Javier Aguirre, las ansias de ver a México pasando de cuartos de final en una Copa del Mundo, no tienen asidero alguno en la realidad.
Lo mejor es recordarlo a la hora de tildar la probable salida temprana del Tri como “un nuevo fracaso.”

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Comentarios de temas relacionados con el fútbol en particular y el deporte en general para distintos medios de Chile y los Estados Unidos.

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