Juego del gato y el ratón en la frontera

El año pasado se informó que 23 inmigrantes murieron en el sector de la Patrulla Fronteriza en San Diego, que incluye Otay.

DULZURA, California - Los contrabandistas de inmigrantes solían evitar los ásperos cañones cubiertos de matorrales al este de San Diego y probaban rutas más fáciles para traer su carga de indocumentados, pero ahora las montañas de Otay son uno de los tramos más transitados de la frontera de California con México.

A medida que los "coyotes", como se conoce a los contrabandistas humanos, tratan de anticipar los obstáculos que les impondrán, la Patrulla Fronteriza estadounidense ha respondido con su propio cuerpo de agentes que llegan en helicóptero y luego siguen a pie en busca de los indocumentados.

La Patrulla Fronteriza formó su Unidad Móvil Aérea en 2003 para vigilar los confines del oeste de California, donde decenas de miles de inmigrantes cruzan cada año.

Los refuerzos en San Diego y El Paso, Texas, han obligado a los infiltrados a cruzar por corredores mas inhóspitos, incluyendo desiertos donde mueren centenares año tras año. Las montañas Otay no son el lugar más peligroso a lo largo de la frontera de 3,200 kilómetros, pero son traicioneras.

La deshidratación es una amenaza cuando las temperaturas sobrepasan los 38 grados centígrados; la hipotermia es un peligro durante el invierno. Son frecuentes las torceduras de muñecas y tobillos y es fácil perderse en la maraña de senderos. El año pasado se informó que 23 inmigrantes murieron en el sector de la Patrulla Fronteriza en San Diego, que incluye Otay.

Dado que trabajan a la intemperie, los agentes deben mantenerse en buen estado.

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