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La Democracia de la Internet
Escrito el 12 Apr 2010
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La mala noticia es para los periódicos. Cada vez hay menos gente que los usa para saber qué está pasando. La mayoría se ha mudado a la internet. La buena noticia es que la web se ha convertido en la mejor arma que existe contra las dictaduras.
El 2008 fue el primer año en que hubo más personas que utilizaron la internet, en lugar de los periódicos, para informarse sobre noticias nacionales e internacionales, según un estudio del Pew Research Center.
Un 40 por ciento prefirió la internet al 35 por ciento de los diarios norteamericanos. Y desde ahí todo parece ser cuesta abajo.
Entre los jóvenes el asunto es mucho más dramático. El número de menores de 29 años de edad que lee noticias en la internet es más del doble del que todavía lo hace en periódicos.
Y yo lo veo en casa. Mi hija Paola y yo leemos The New York Times casi todas las mañanas; yo lo hago en papel y ella en su computadora. Me apena decirlo porque esta columna se publica, prioritariamente, en diarios que generosamente me han abierto su espacio por años. Pero el futuro de los periódicos es muy precario y muchos desaparecerán en los próximos años. Un ejemplo. La publicidad en los diarios norteamericanos bajará de $45,000 millones en el 2007 a solo $28,000 millones en el 2012, según calculó la empresa eMarketer. Esto significa más despidos de mis compañeros de profesión y menos cobertura de los asuntos que tocan nuestras vidas.
Lo positivo de este cambio tan dramático en tan poco tiempo es que la internet está ayudando a resquebrajar, de click a click, los gobiernos más autoritarios y represivos del mundo.
Dos dictaduras, China y Cuba, están haciendo todo lo posible para evitar que sus ciudadanos tengan un acceso libre a la internet.
El gobierno chino lleva meses peleando con la empresa Google porque quiere que censure su contenido y prohíba búsquedas de, por ejemplo, la masacre de Tiananmen. Pero en Hong Kong se puede leer todo sin censura. Esa lucha la perderá, tarde o temprano, el régimen chino. No más 'Big Brother'.
En Cuba, la dictadura de los hermanos Castro ha logrado limitar el acceso de la población a la internet. Pero los cubanos son unos magos para "resolver".
Uno me contaba hace poco que el prohibido plato de satélite y la conexión a la internet las escondía en lo que parecía ser, por fuera, un tinaco de agua. Y así veía todo. "La internet va a ayudar muchísimo" a cambiar Cuba, me dijo hace poco el actor cubano Andy García. "Los disidentes por fin tienen una posibilidad de contar su historia". Las tragedias de los disidentes Orlando Zapata y Guillermo Fariñas no se hubieran conocido tanto sin la internet.
El reto tecnológico para liberar a Cuba digitalmente es que, desde el exterior, se inunde a la isla con señal de internet y con computadoras para que cualquier cubano, en cualquier parte, tenga acceso a todo tipo de información. El gobierno cubano no podría frente a esa ola digital. Imagínense lo que se podría lograr si se envían a Cuba muchas de las computadoras y los teléfonos celulares que desechamos en Estados Unidos. Así se apoya el cambio en Cuba desde fuera. A más internet, menos dictadura. La verdadera revolución tiene forma de móvil. Actualmente en el mundo hay 5 mil millones de teléfonos celulares, según calcula Naciones Unidas. Casi uno por cada habitante del planeta.
Y los nuevos celulares son verdaderas mini computadoras con acceso a la internet, correo electrónico y capaces de filmar, entre muchas otras monerías. Los recientes disturbios en Irán fueron captados y transmitidos al mundo por celulares de los opositores al régimen.
Cuando un avión de U.S Airways acuatizó en el río Hudson, las primeras imágenes fueron enviadas por el celular de Janus Krums, un joven que no era periodista pero que se encontraba cerca del lugar del accidente.
La desaparición paulatina de los diarios tiene, al menos, un buen consuelo. La libertad por la que los diarios lucharon durante siglos en papel es una realidad en los etéreos medios que los reemplazan.
Viva la internet. El celular nos hará libres.
El 2008 fue el primer año en que hubo más personas que utilizaron la internet, en lugar de los periódicos, para informarse sobre noticias nacionales e internacionales, según un estudio del Pew Research Center.
Un 40 por ciento prefirió la internet al 35 por ciento de los diarios norteamericanos. Y desde ahí todo parece ser cuesta abajo.
Entre los jóvenes el asunto es mucho más dramático. El número de menores de 29 años de edad que lee noticias en la internet es más del doble del que todavía lo hace en periódicos.
Y yo lo veo en casa. Mi hija Paola y yo leemos The New York Times casi todas las mañanas; yo lo hago en papel y ella en su computadora. Me apena decirlo porque esta columna se publica, prioritariamente, en diarios que generosamente me han abierto su espacio por años. Pero el futuro de los periódicos es muy precario y muchos desaparecerán en los próximos años. Un ejemplo. La publicidad en los diarios norteamericanos bajará de $45,000 millones en el 2007 a solo $28,000 millones en el 2012, según calculó la empresa eMarketer. Esto significa más despidos de mis compañeros de profesión y menos cobertura de los asuntos que tocan nuestras vidas.
Lo positivo de este cambio tan dramático en tan poco tiempo es que la internet está ayudando a resquebrajar, de click a click, los gobiernos más autoritarios y represivos del mundo.
Dos dictaduras, China y Cuba, están haciendo todo lo posible para evitar que sus ciudadanos tengan un acceso libre a la internet.
El gobierno chino lleva meses peleando con la empresa Google porque quiere que censure su contenido y prohíba búsquedas de, por ejemplo, la masacre de Tiananmen. Pero en Hong Kong se puede leer todo sin censura. Esa lucha la perderá, tarde o temprano, el régimen chino. No más 'Big Brother'.
En Cuba, la dictadura de los hermanos Castro ha logrado limitar el acceso de la población a la internet. Pero los cubanos son unos magos para "resolver".
Uno me contaba hace poco que el prohibido plato de satélite y la conexión a la internet las escondía en lo que parecía ser, por fuera, un tinaco de agua. Y así veía todo. "La internet va a ayudar muchísimo" a cambiar Cuba, me dijo hace poco el actor cubano Andy García. "Los disidentes por fin tienen una posibilidad de contar su historia". Las tragedias de los disidentes Orlando Zapata y Guillermo Fariñas no se hubieran conocido tanto sin la internet.
El reto tecnológico para liberar a Cuba digitalmente es que, desde el exterior, se inunde a la isla con señal de internet y con computadoras para que cualquier cubano, en cualquier parte, tenga acceso a todo tipo de información. El gobierno cubano no podría frente a esa ola digital. Imagínense lo que se podría lograr si se envían a Cuba muchas de las computadoras y los teléfonos celulares que desechamos en Estados Unidos. Así se apoya el cambio en Cuba desde fuera. A más internet, menos dictadura. La verdadera revolución tiene forma de móvil. Actualmente en el mundo hay 5 mil millones de teléfonos celulares, según calcula Naciones Unidas. Casi uno por cada habitante del planeta.
Y los nuevos celulares son verdaderas mini computadoras con acceso a la internet, correo electrónico y capaces de filmar, entre muchas otras monerías. Los recientes disturbios en Irán fueron captados y transmitidos al mundo por celulares de los opositores al régimen.
Cuando un avión de U.S Airways acuatizó en el río Hudson, las primeras imágenes fueron enviadas por el celular de Janus Krums, un joven que no era periodista pero que se encontraba cerca del lugar del accidente.
La desaparición paulatina de los diarios tiene, al menos, un buen consuelo. La libertad por la que los diarios lucharon durante siglos en papel es una realidad en los etéreos medios que los reemplazan.
Viva la internet. El celular nos hará libres.