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La Dieta de la Navidades
La Columna Vertebral
Escrito el 28 Dec 2015
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Eso de hacer dieta en navidad seguramente no le suena muy bien a muchos; sobre todo si tenemos en cuenta que es justo en esta época en la que las tentaciones parecen brotar de los árboles y estar en todas, todas partes.
Y si, tal vez no sea muy sabio hablar de dietas por estos días en los que las tortas, los panes, los asados, los pozoles, los flanes, las colaciones y los perniles, para nombrar solo unos cuantos, empiezan a desfilar por nuestra mesa y por todas las mesas a las que tenemos acceso.
Entonces no, quizás no sea momento de hacer dieta, pero tal vez podamos contrarrestar los dolorosos efectos de los excesos si los planeamos mejor. Si, el asunto está en la planificación.
Si es cierto que nuestros platillos son hijos de recetas especiales, heredadas y consentidas, también lo es que si escogemos los mejores ingredientes para prepararlos, tal vez, podremos disminuir sus efectos nocivos en términos de azúcar, harina o grasa.
Si es cierto que es más complicado crear hojaldres de harinas distintas a la harina de trigo, también es cierto que si es posible; el mercado ofrece una serie de alternativas sin gluten, que podemos considerar para evitar las lágrimas de enero frente al espejo o esos efluvios de arrepentimiento que torturan.
La buena mesa es uno de los placeres de la vida. No hay quien lo niegue y esta es la época para gozar de ella y una buena cena es la mejor excusa para reunir a la familia. Entonces si de eso se trata, de nuestra familia ¿por qué no recurrir a las mejores opciones y proteger a nuestra familia preparando las más deliciosas recetas saludables? Si sabemos que los excesos de grasa son un problema para la salud de nuestro corazón, ¿por qué no escoger aceites vegetales o de frutas – pasando por el de olivo, el de semilla de uva es una opción de las más saludables- para nuestras recetas?
El tema económico puede ofrecer cierta resistencia, pero seguro que los beneficios para la salud lo valen. Siempre es posible cocinar con conciencia, escogiendo no sólo los mejores ingredientes, es decir los más saludables, sino también las mejores técnicas como el horneado, el salteado y el asado. Para tener los ingredientes más saludables hay que pensar de dónde vienen, qué tan frescos están y evitar los alimentos procesados.
Eso implica un poco más de esfuerzo y tiempo, pero seguro vale la pena. Una buena opción son siempre los mercados locales, en los que los campesinos y productores del área ofrecen productos frescos de temporada que no han tenido que recorrer largas distancias para llegar a nuestra mesa. Esta alternativa tiene, además, la ventaja de beneficiar las finanzas locales.
Y de acuerdo con los especialistas de la Clínica Mayo, es bueno recordar que siempre es fundamental tener una alimentación equilibrada que nos ofrezca de primera mano los nutrientes que necesitamos.
Así que el asunto, al final, no es de negarse al placer de una buena cena de navidad, sino de poner nuestro mayor esfuerzo en que sea lo más saludable posible.
Y si, tal vez no sea muy sabio hablar de dietas por estos días en los que las tortas, los panes, los asados, los pozoles, los flanes, las colaciones y los perniles, para nombrar solo unos cuantos, empiezan a desfilar por nuestra mesa y por todas las mesas a las que tenemos acceso.
Entonces no, quizás no sea momento de hacer dieta, pero tal vez podamos contrarrestar los dolorosos efectos de los excesos si los planeamos mejor. Si, el asunto está en la planificación.
Si es cierto que nuestros platillos son hijos de recetas especiales, heredadas y consentidas, también lo es que si escogemos los mejores ingredientes para prepararlos, tal vez, podremos disminuir sus efectos nocivos en términos de azúcar, harina o grasa.
Si es cierto que es más complicado crear hojaldres de harinas distintas a la harina de trigo, también es cierto que si es posible; el mercado ofrece una serie de alternativas sin gluten, que podemos considerar para evitar las lágrimas de enero frente al espejo o esos efluvios de arrepentimiento que torturan.
La buena mesa es uno de los placeres de la vida. No hay quien lo niegue y esta es la época para gozar de ella y una buena cena es la mejor excusa para reunir a la familia. Entonces si de eso se trata, de nuestra familia ¿por qué no recurrir a las mejores opciones y proteger a nuestra familia preparando las más deliciosas recetas saludables? Si sabemos que los excesos de grasa son un problema para la salud de nuestro corazón, ¿por qué no escoger aceites vegetales o de frutas – pasando por el de olivo, el de semilla de uva es una opción de las más saludables- para nuestras recetas?
El tema económico puede ofrecer cierta resistencia, pero seguro que los beneficios para la salud lo valen. Siempre es posible cocinar con conciencia, escogiendo no sólo los mejores ingredientes, es decir los más saludables, sino también las mejores técnicas como el horneado, el salteado y el asado. Para tener los ingredientes más saludables hay que pensar de dónde vienen, qué tan frescos están y evitar los alimentos procesados.
Eso implica un poco más de esfuerzo y tiempo, pero seguro vale la pena. Una buena opción son siempre los mercados locales, en los que los campesinos y productores del área ofrecen productos frescos de temporada que no han tenido que recorrer largas distancias para llegar a nuestra mesa. Esta alternativa tiene, además, la ventaja de beneficiar las finanzas locales.
Y de acuerdo con los especialistas de la Clínica Mayo, es bueno recordar que siempre es fundamental tener una alimentación equilibrada que nos ofrezca de primera mano los nutrientes que necesitamos.
Así que el asunto, al final, no es de negarse al placer de una buena cena de navidad, sino de poner nuestro mayor esfuerzo en que sea lo más saludable posible.
Luisa Fernanda Montero