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La Fragancia del Triunfo
Escrito el 27 Jan 2014
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Tengo una íntima amiga a quien adoro. Es leal, cariñosa y sabe escuchar. Siempre que nos reunimos, le digo con cariño: “cuando estoy contigo, respiro tranquilidad”. ¿Por qué todo el mundo inhala paz cuando está cerca de ella? ¡Porque todo en esta vida tiene olor!
Nuestro olfato puede detectar mucho más que unas galletitas acabadas de hornear, un litro de leche podrido o un jardín lleno de rosas. Olfateamos a la gente y hasta las situaciones. Por eso, cuando sospechamos que algo no es apropiado, decimos, “!esta situación no huele bien!”.
El olfato es capaz de percibir aún las cosas invisibles. Por ejemplo: Cuando entras a un hospital lo más probable es que huelas la enfermedad de los pacientes. Si visitas el país de Haití, podrás oler la pobreza.
Si vas a un funeral, indudablemente inhalaras la tristeza que inunda el lugar. Y cuando vas a tu iglesia, de seguro respiras paz. Cada uno de nosotros carga un olor que nos distingue. ¿Acaso no te ha sucedido que conoces a alguien negativo que solo habla de sus problemas, y lamentablemente esa persona huele a fracaso? También, estoy segura que te has topado con alguien que tiene una actitud maravillosa y su esencia natural es de éxito.
Te pregunto: ¿A qué hueles tú? La fragancia que usan los ganadores no la puedes comprar en ningún departamento de perfumería, más bien se determina de acuerdo a tu actitud, pensamientos y acciones, éstos sueltan un bálsamo que te identifica. Es decir, si eres inseguro, envidioso, egoísta o miedoso, desprendes un tufo tan fuerte que se percibe a millas de distancia. Este mal olor aleja a otros de ti. ¡Nadie quiere estar cerca de lo que apesta!
Por otro lado, si eres honesto, bondadoso, seguro de ti mismo y haces el bien a los demás, de ti emanará una aroma tan agradable que serás querido y admirado por todos.
Deja que tu perfume natural huela a éxito y verás como atraerás a tu vida oportunidades, situaciones y personas que te ayudarán a triunfar.
Para más motivación: www.MariaMarin.com
Nuestro olfato puede detectar mucho más que unas galletitas acabadas de hornear, un litro de leche podrido o un jardín lleno de rosas. Olfateamos a la gente y hasta las situaciones. Por eso, cuando sospechamos que algo no es apropiado, decimos, “!esta situación no huele bien!”.
El olfato es capaz de percibir aún las cosas invisibles. Por ejemplo: Cuando entras a un hospital lo más probable es que huelas la enfermedad de los pacientes. Si visitas el país de Haití, podrás oler la pobreza.
Si vas a un funeral, indudablemente inhalaras la tristeza que inunda el lugar. Y cuando vas a tu iglesia, de seguro respiras paz. Cada uno de nosotros carga un olor que nos distingue. ¿Acaso no te ha sucedido que conoces a alguien negativo que solo habla de sus problemas, y lamentablemente esa persona huele a fracaso? También, estoy segura que te has topado con alguien que tiene una actitud maravillosa y su esencia natural es de éxito.
Te pregunto: ¿A qué hueles tú? La fragancia que usan los ganadores no la puedes comprar en ningún departamento de perfumería, más bien se determina de acuerdo a tu actitud, pensamientos y acciones, éstos sueltan un bálsamo que te identifica. Es decir, si eres inseguro, envidioso, egoísta o miedoso, desprendes un tufo tan fuerte que se percibe a millas de distancia. Este mal olor aleja a otros de ti. ¡Nadie quiere estar cerca de lo que apesta!
Por otro lado, si eres honesto, bondadoso, seguro de ti mismo y haces el bien a los demás, de ti emanará una aroma tan agradable que serás querido y admirado por todos.
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