Lo Que Debe (Y No Debe) Hacer Estados Unidos

Si Estados Unidos quiere mejorar sus relaciones con sus vecinos del sur puede hacer muchas cosas –incluyendo el próximo viaje del presidente Barack Obama a Brasil, Chile y El Salvador.
Pero, definitivamente, no debe enviar armas al sur. Empecemos por lo que Estados Unidos no debe hacer. Por principio no debe realizar operaciones como Fast and Furious –que permitió el paso de 1,794 armas de Estados Unidos hacia México- sin avisarle al gobierno de Felipe Calderón. Eso no se hace entre vecinos.
Las armas, según la denuncia del agente estadounidense John Dodson, se dejaron pasar al lado mexicano para rastrearlas una vez que cayeran en manos de criminales y narcotraficantes.
El problema, como me dijo Dodson en una entrevista, es que las armas no estaban marcadas o llevaban un chip para seguirlas por satélite y pudieron haber sido utilizadas para matar a muchos mexicanos. Imposible saber cuántos. Muchos de esos rifles y pistolas eran semiautomáticas. Su capacidad destructiva es enorme. Y el propósito era, precisamente, que cayeran en manos criminales en México.
Y el agente Dodson y otros más de la agencia ATF, que depende del Departamento de Justicia de Estados Unidos, recibieron la orden de dejarlas cruzar hacia México.
Pero hay más. Esta operación de “entrega controlada” de armas no se ha detenido y podría haber otras más funcionando. “Ninguna de estas personas ha dicho que esta actividad va a parar”, me dijo Dodson en una entrevista desde Phoenix. “Nadie ha dicho que hemos suspendido está práctica mientras duren las investigaciones.
El número que usted conoce es de un solo caso. ¿En cuántos casos más está sucediendo esto?”
Dodson decide hablar después del asesinato en Arizona del agente migratorio Brian Terry el pasado 14 de diciembre. Dos de las armas que dejó pasar Dodson se encontraron en el lugar donde murió Terry. Dodson se sintió culpable y decidió hablar. Pero ¿Qué pasa con los mexicanos que podrían haber muerto por ese mismo cargamento de armas?
¿Quién habla por ellos?
El gobierno de México insiste en que no sabía nada. La vida de muchos mexicanos ha estado en peligro por esta operación secreta de Estados Unidos en territorio mexicano. Esto es lo que Estados Unidos no debe hacer. Nunca.
Lo que sí debe hacer es promover los contactos y la cooperación. Y por eso el viaje de Obama a centro y Sudamérica es tan positivo.
Está muy claro que Afganistán, Irak y las recientes rebeliones en Túnez, Egipto y Libia preocupan más al presidente que Brasil, Chile y El Salvador. Pero, aún así, le está dedicando tiempo a la región. El interés de un presidente se mide por las horas y minutos que dedica a cada tema. La diplomacia es, a veces, una cuestión de sumas y restas en el reloj.
Obama es bastante popular en la región. Su predecesor, George W. Bush, en cambio, era visto con desagrado por su injustificada e innecesaria invasión a Irak. Es decir, Obama no tiene que hacer mucho para caer bien. Pero con este viaje está enfatizando lo que sí le gusta y lo que le conviene a Estados Unidos.
Brasil es el gigante económico de la región y la parada en Brasilia y Rio de Janeiro era obligada; Chile, el modelo a seguir, quiere convertirse en el primer país desarrollado de América
Latina; y El Salvador es el mejor ejemplo de cómo un gobierno de izquierda puede tener buenas relaciones con Estados Unidos. “Las ideologías ya no son importantes”, me dijo el presidente de El Salvador, Mauricio Funes en una entrevista. “El Salvador puede construir junto con Estados Unidos una alianza para el desarrollo.”
A estas alturas del juego Estados Unidos debe saber qué funciona y qué no funciona en su relación con América Latina. Alianzas sí. Envío unilateral de armas no. Cooperación sí.
Imposición de estrategias no. Compartir información sí. Operaciones secretas en el extranjero no.
“Estados Unidos, bajo el liderazgo del presidente Obama, quiere trabajar como un socio, como iguales”, me dijo Dan Restrepo, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca.
Y eso –una relación entre iguales- es lo mismo que quieren los países latinoamericanos de Estados Unidos. Pero eso no se logra enviando armas a otro país, sin aviso previo, y con muy predecibles y mortales.
Posdata. Me voy a montar en el avión con el presidente Obama así que ya les iré contando por Twitter @jorgeramosnews mis impresiones del viaje.

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Periodista Internacional

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