Noticia Anterior
Los Jugadores del “Tri” Ganaron Este Partido
Escrito el 18 Oct 2010
Comment: 0
Estaba terminando la cena del Tricolor en su hotel de concentración cuando de pronto cinco jugadores de los castigados con multas salieron corriendo del salón en el que estaban reunidos para meterse al bar a escuchar la conferencia de prensa que ofrecía en ese momento Néstor de la Torre.
Rafael Márquez y Gerardo Torrado, los dos capitanes del equipo mexicano, encabezaron el grupo de interesados en darle seguimiento a la renuncia de Néstor como Director de Selecciones Nacionales. Enterados de lo que iba a anunciar De la Torre, también Andrés Guardado, Giovani dos Santos y Javier Hernández se metieron detrás de Márquez y Torrado para ponerse en la barra del bar justo debajo de una pantalla en la que se sintonizó un canal deportivo con el volumen a tope y así oír lo que decía el ahora ex dirigente de la Federación Mexicana de Futbol.
Las instrucciones con tono triunfante comenzaban a darse con rapidez. "No quiero que entre nadie y menos la prensa", exigió Márquez al personal de seguridad del hotel, que inmediatamente acordonó la zona e impidió el acceso al lugar.
Torrado y Márquez se voltearon a ver con una leve sonrisa cuando Néstor comentó que estaba seguro de que el orden y la disciplina tenían que regir al interior del Tricolor. Entre los cinco intercambiaron algunos comentarios cuando De la Torre concluyó su discurso de despedida y después solicitaron salir del sitio por una puerta posterior para meterse de nueva cuenta en un salón del hotel en el que permanecieron alrededor de 15 minutos y luego se retiraron a sus habitaciones, sin querer dar eclaraciones al respecto.
Se espera que por fin el martes los jugadores asuman una postura pública después de lo que sucedió con el conflicto que derivó en la renuncia de Néstor, pues ellos pidieron que saliera de la Dirección de Selecciones Nacionales y por una u otra razón así sucedió, por lo que han ganado la partida son ellos.
En una rueda de prensa, el vencido De la Torre confirmó que la Federación le aceptó su renuncia como director de la Comisión de selecciones que ocupaba desde junio del 2009, cargo con el cual asistió al Mundial de Sudáfrica 2010. La renuncia se ha hecho horas después de que los directivos de la Federación se reunieron con varios de los seleccionados que fueron sancionados por participar el 8 de septiembre en una fiesta en Monterrey en la que supuestamente hubo prostitutas.
Hay que recorder que por esos sucesos y con base firme en el reglamento interno de selecciones nacionales, De la Torre suspendió por seis meses a Efraín Juárez y Carlos Vela y multó con 50.000 pesos (unos 3.846 dólares al cambio) a una docena de los jugadores restantes. En respuesta, los jugadores pidieron que De la Torre fuera despedido de su cargo y aunque pidieron no ser llamados al equipo han concurrido sin problemas a los trabajos para enfrentar a Venezuela este martes en Ciudad Juárez.
Al presentar su renuncia, el ex director apuntó que se negó a cumplir con la exigencia de darles los jugadores una disculpa pública por hacer públicos estos castigos. Lo vergonzoso en este caso es que los culpables han logrado que el Magistrado de la causa sea removido por el simple hecho de haber cumplido con su deber.
Rafael Márquez y Gerardo Torrado, los dos capitanes del equipo mexicano, encabezaron el grupo de interesados en darle seguimiento a la renuncia de Néstor como Director de Selecciones Nacionales. Enterados de lo que iba a anunciar De la Torre, también Andrés Guardado, Giovani dos Santos y Javier Hernández se metieron detrás de Márquez y Torrado para ponerse en la barra del bar justo debajo de una pantalla en la que se sintonizó un canal deportivo con el volumen a tope y así oír lo que decía el ahora ex dirigente de la Federación Mexicana de Futbol.
Las instrucciones con tono triunfante comenzaban a darse con rapidez. "No quiero que entre nadie y menos la prensa", exigió Márquez al personal de seguridad del hotel, que inmediatamente acordonó la zona e impidió el acceso al lugar.
Torrado y Márquez se voltearon a ver con una leve sonrisa cuando Néstor comentó que estaba seguro de que el orden y la disciplina tenían que regir al interior del Tricolor. Entre los cinco intercambiaron algunos comentarios cuando De la Torre concluyó su discurso de despedida y después solicitaron salir del sitio por una puerta posterior para meterse de nueva cuenta en un salón del hotel en el que permanecieron alrededor de 15 minutos y luego se retiraron a sus habitaciones, sin querer dar eclaraciones al respecto.
Se espera que por fin el martes los jugadores asuman una postura pública después de lo que sucedió con el conflicto que derivó en la renuncia de Néstor, pues ellos pidieron que saliera de la Dirección de Selecciones Nacionales y por una u otra razón así sucedió, por lo que han ganado la partida son ellos.
En una rueda de prensa, el vencido De la Torre confirmó que la Federación le aceptó su renuncia como director de la Comisión de selecciones que ocupaba desde junio del 2009, cargo con el cual asistió al Mundial de Sudáfrica 2010. La renuncia se ha hecho horas después de que los directivos de la Federación se reunieron con varios de los seleccionados que fueron sancionados por participar el 8 de septiembre en una fiesta en Monterrey en la que supuestamente hubo prostitutas.
Hay que recorder que por esos sucesos y con base firme en el reglamento interno de selecciones nacionales, De la Torre suspendió por seis meses a Efraín Juárez y Carlos Vela y multó con 50.000 pesos (unos 3.846 dólares al cambio) a una docena de los jugadores restantes. En respuesta, los jugadores pidieron que De la Torre fuera despedido de su cargo y aunque pidieron no ser llamados al equipo han concurrido sin problemas a los trabajos para enfrentar a Venezuela este martes en Ciudad Juárez.
Al presentar su renuncia, el ex director apuntó que se negó a cumplir con la exigencia de darles los jugadores una disculpa pública por hacer públicos estos castigos. Lo vergonzoso en este caso es que los culpables han logrado que el Magistrado de la causa sea removido por el simple hecho de haber cumplido con su deber.