Marcha contra plan migratorio de Bush
Con pancartas con la leyenda "Amnistía ahora", millares bailaron al ritmo de música mexicana y ondearon grandes banderas estadounidenses sobre sus cabezas.
Los organizadores del acto dijeron que muchos indocumentados están molestos con una propuesta de la Casa Blanca que les daría visas de trabajo temporales, pero requeriría que regresen a sus países y paguen miles de dólares para convertirse en residentes legales.
"Al cobrar tanto, Bush va a resultar mucho más caro que los 'coyotes'", dijo el manifestante Armando García, de 50 años, al referirse a los contrabandistas dedicados a llevar a indocumentados a través de la frontera con México.
Alfredo González, de 33 años, un indocumentado mexicano, marchó con su esposa e hijas, de 6 y 8 años. Dijo que le teme a las redadas contra la inmigración ilegal que se están llevando a cabo en todo el país.
"Si me deportan, ¿quién cuidará de mis hijas? ¿El gobierno? No lo creo. Necesitamos una legalización total y la necesitamos ahora", dijo.
Los activistas por los derechos de los inmigrantes dicen que muchos de los indocumentados de la zona se sienten traicionados por Bush, a quien durante mucho tiempo consideraron un aliado.
El plan de la Casa Blanca, filtrado a los medios de comunicación la semana pasada, propone una nueva clasificación de visa, la "Z", que le permitiría a los indocumentados solicitar permisos de trabajo de tres años. Serían renovables indefinidamente, pero el proceso costaría 3.500 dólares cada vez.
Para obtener un permiso y convertirse en residentes legales permanentes, los indocumentados tendrían que regresar a su país natal y solicitar en la embajada o consulado estadounidense un permiso para regresar legalmente a Estados Unidos, así como pagar una multa de 10,000 dólares.
La propuesta ha sido duramente criticada por los activistas para la defensa de los hispanos, los demócratas, la Iglesia católica y los sindicatos, los cuales tienen a grandes números de inmigrantes en sus filas.
Ellos afirman que el costo de los permisos de trabajo y la solicitud de la llamada "tarjeta verde", que autoriza la residencia legal, podrían llegar a 20,000 dólares, lo cual es demasiado para las personas con menores ingresos.