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Mascotas: La Era de Los Perrihijos y Gatihijos ¿Tienes el Tuyo?
Escrito el 02 Nov 2017
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Son considerados un miembro más de la familia, los jóvenes prefieren adoptar y trabajan por causas animalistas. Ojo, la mascota del amo o ama millennial no es ese perro que vive en el patio, sino el que duerme con su dueño o disfruta de una cama tan cómoda como la de él.
Hay quienes aseguran que es una moda, pero para otros es algo más profundo: las nuevas generaciones tienen más consciencia de que los animales son seres vivos “sintientes”. En mayor o menor medida, hay una tendencia mundial a respetar a los seres vivos –con excepciones brutales como los japoneses y su caza de ballenas o el asesinato de elefantes para obtener sus colmillos de marfil–, ya sea porque están en potencial peligro de extinción o porque decidimos vivir con uno que nos robó el corazón, que nos acompaña, que sentimos que nos extraña y que, de seguro, es quien más se alegra cuando regresamos a casa, aunque nos ausentemos sólo minutos.
Perros y gatos se han convertido en los “niños” o hijos de algunos y, como consecuencia, hay una mayor conciencia del respeto, derechos y deberes que implica tener una mascota.
Pero no sólo eso. Según un estudio publicado en la revista TIME en julio pasado, hay un dato aún más sorprendente sobre esta generación millenial y su relación con sus animales. Y es que, entre los pocos que se atreven a comprar su propia casa, no lo hacen para vivir en pareja o tener sus propios hijos, sino por sus mascotas. Es decir, que el deseo de tener su propio perro los puede empujar a abandonar el hogar de sus padres mucho más que tener su propia descendencia.
Según esa encuesta –realizada a jóvenes entre 18 y 36 años por un grupo experto hipotecario en Estados Unidos– el 33% de los millennials que han comprado una vivienda lo han hecho por su animal de compañía, un 25% porque se habían casado, y sólo el 19% porque iban a tener un hijo. Este dato, en realidad, no solo habla de cambios de prioridades sino también de que el vínculo existente entre los millennials y las mascotas es tan fuerte que los puede llevar a tomar decisiones tan importantes como comprar un inmueble.
Y hay más cifras. Según informó GfK, la compañía de investigación de mercados más grande de Alemania y que publicó Forbes, los millennials adoptan un 35% más de mascotas que sus antecesores, los “baby boomers”. De hecho, el 57% ciento de los hogares millennials tiene un perro o gato frente al 51% de todos los hogares de Estados Unidos.
Hay quienes aseguran que es una moda, pero para otros es algo más profundo: las nuevas generaciones tienen más consciencia de que los animales son seres vivos “sintientes”. En mayor o menor medida, hay una tendencia mundial a respetar a los seres vivos –con excepciones brutales como los japoneses y su caza de ballenas o el asesinato de elefantes para obtener sus colmillos de marfil–, ya sea porque están en potencial peligro de extinción o porque decidimos vivir con uno que nos robó el corazón, que nos acompaña, que sentimos que nos extraña y que, de seguro, es quien más se alegra cuando regresamos a casa, aunque nos ausentemos sólo minutos.
Perros y gatos se han convertido en los “niños” o hijos de algunos y, como consecuencia, hay una mayor conciencia del respeto, derechos y deberes que implica tener una mascota.
Pero no sólo eso. Según un estudio publicado en la revista TIME en julio pasado, hay un dato aún más sorprendente sobre esta generación millenial y su relación con sus animales. Y es que, entre los pocos que se atreven a comprar su propia casa, no lo hacen para vivir en pareja o tener sus propios hijos, sino por sus mascotas. Es decir, que el deseo de tener su propio perro los puede empujar a abandonar el hogar de sus padres mucho más que tener su propia descendencia.
Según esa encuesta –realizada a jóvenes entre 18 y 36 años por un grupo experto hipotecario en Estados Unidos– el 33% de los millennials que han comprado una vivienda lo han hecho por su animal de compañía, un 25% porque se habían casado, y sólo el 19% porque iban a tener un hijo. Este dato, en realidad, no solo habla de cambios de prioridades sino también de que el vínculo existente entre los millennials y las mascotas es tan fuerte que los puede llevar a tomar decisiones tan importantes como comprar un inmueble.
Y hay más cifras. Según informó GfK, la compañía de investigación de mercados más grande de Alemania y que publicó Forbes, los millennials adoptan un 35% más de mascotas que sus antecesores, los “baby boomers”. De hecho, el 57% ciento de los hogares millennials tiene un perro o gato frente al 51% de todos los hogares de Estados Unidos.