Mazda CX-30 2021 a Prueba, Más Potente

Es evidente que los consumidores a nivel global están cada vez más y más interesados en vehículos con características más rudas que un simple hatchback o un sedán. Por ello, prácticamente todas las marcas del globo han trabajado en satisfacer esa voracidad del consumidor por adquirir vehículos más altos y robustos -aunque solo sea en apariencia-.
Primero llegaron los Crossovers, y luego se transformaron en SUV.

Mazda no quedo fuera de esa creciente demanda y presentó en 2019, en el marco del Salón de Ginebra un modelo llamado CX-30 fabricado con los mismos componentes mecánicos y plataforma del Mazda3 pero con una carrocería mucho más alta y con apariencia más robusta, es obra del diseñador Ryo Yanagysawa y por su longitud menor a 4.4 metros pertenece al segmento SUV B.

Una de las cosas que más celebré en ésta versión es que incluye compatibilidad con “smartphones” -sin pagar más- mediante el “Mazda Connect” que arropa todo el concepto de vinculación con teléfonos vía alámbrica mediante un puerto USB localizado en la zona baja del tablero que se une con la consola central, una vez conectado algunas funciones se replican en la pantalla central de 8 pulgadas que no es de accionamiento táctil, se accede a los menús mediante el control circular de mando denominado HIM, cuyo funcionamiento en un inicio puede ser confuso, pero una vez entendidos los comandos y atajos es bastante intuitivo.

Lo que yo recomiendo es usar un cable de tonalidad oscura, ya que el cable original del teléfono, un iPhone en mi caso se ve horrible y resalta espantosamente con los sobrios acabados en tonalidades oscuras.
Un producto con calidad, que yo tenía muchas ganas de conocer a fondo, las líneas exteriores están muy bien logradas, el equipamiento es muy bueno y el manejo intachable. Sus competidoras en precio ofrecen más o menos las mismas dimensiones, pero en poder se quedan muy abajo, las que la igualan o superan en potencia, son de mayores dimensiones o de precio más alto.