Muchas veces lo barato resulta ser caro

En Estados Unidos existe una tendencia a consumir más que en el resto del mundo. Es decir, por cada dólar gastamos una proporción más de lo que podrían hacer otros en Europa o Latinoamérica.

Querer ahorrar está muy bien. Pero no siempre comprar lo barato resulta ser un buen negocio. En ocasiones esto puede salir muy caro y traer dolores de cabeza en el futuro.

Usar cupones de descuento, aprovechar las rebajas en los comercios y las ofertas, está muy bien. Pero existen algunos productos en los que, simplemente no puedes ahorrar. Por ejemplo: Los colchones, el calzado y las llantas para tu vehículo. Puedes incluso optar por restaurantes de tenedor libre (en donde puedes comer todo lo que quieres por un único precio, sin importar la dieta). Pero a la hora de comprar algunos objetos en específico, lo mejor es "gastar lo que se tiene que gastar". "Muchas veces los compradores se sienten atraídos por los precios de las 'gangas' que ofrecen los vendedores", explica Raúl Medina, analista de mercadeo. "Lo que no saben es que esos vendedores buscan deshacerse de la mercancía que no pueden vender a precio regular".

El experto señala que "por lo general, [los productos en venta] tienen algún defecto y el cliente recibe justamente lo que pagó". Si te tomaras el tiempo para sacar la cuenta de cuántas horas duermes al día, y más aún, cuántas horas pasas en posición horizontal en tu vida, seguramente le prestarías más atención al colchón de tu cama.

Una persona pasa más de un tercio de su vida durmiendo. Por lo tanto, es fundamental sentirse confortable para poder tener un sueño placentero. Un colchón muy barato puede resultar en una pesadilla.

Los mejores colchones tienen una mayor cantidad de resortes por pie cuadrado, creando una plataforma firme que ayuda a soportar el peso y mantener la espina dorsal en posición correcta. Dentro de estas especificaciones, siempre puedes comparar precios, pero procura no bajar la calidad del producto.

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