Muro fronterizo causa nuevos conflictos

Temen cambio de paisaje en el sur de EU

EAGLE PASS, Texas - Si uno recorre la histórica calle principal de esta comunidad, se topará con el Gran Mercado y la tienda Popular Western Wear, y desembocará en un sector donde hay un parque y un club de golf, junto a la ribera del río Bravo.

La construcción de un muro podría cambiar todo y hacer que uno se tope con un cerco de hierro de entre 5 y 6 metros (15 y 18 pies) de alto. Los sitios recreativos quedarían del otro lado del muro.

El proyecto alteraría para siempre la fisonomía de una comunidad fundada hace 159 años, en la que estadounidenses y mexicanos conviven desde siempre. Los residentes de la zona no ven con buenos ojos la iniciativa, y lo que más irrita al alcalde Chad Foster -y a tantos otros pueblos de la frontera- son las tácticas a que apela el gobierno para sacar adelante su proyecto, como cartas amenazadoras, demandas y juicios sumarios.

"Vienen como si fuesen tropas de asalto", se quejó Foster. "Se llevan por delante a la gente, abusan de nuestras libertades y están totalmente descontrolados".

Eagle Pass es una ciudad de unos 25 mil habitantes que fue la primera en ser demandada por el gobierno para que ceda las tierras por donde pasará el muro. La jueza de distrito, Alia Moses Ludlum, falló a favor del gobierno el 16 de enero, el mismo día en que se radicó la demanda y sin que las autoridades municipales hubieran tenido tiempo de estudiar los papeles.

Foster dijo que fue un "golpe traicionero". "No sabemos cuál es su problema con nosotros. Tal vez quieran dar un ejemplo a costa nuestra", declaró Foster, quien sospecha que el hecho de que él lidere una Coalición para la Frontera de Texas, que se opone a los muros, puede haber incidido. Las autoridades municipales de Eagle Pass aceptaron que se elimine un arbusto enorme que puede ser usado como escondite por indocumentados, se amplíe una senda para carritos de golf, de modo que pueda ser usada por camiones de la Patrulla Fronteriza, y se instalen torres de luces que iluminarían el parque y los campos de golf durante la noche, para que puedan ser vigilados las 24 horas del día.

"Nadie está más pendiente del tema de la seguridad fronteriza que la gente que vive en la zona", dijo Foster, un agente de bienes raíces bilingüe con aspecto de típico vaquero: botas, sombrero Stetson y un Marlboro siempre a mano.

Los líderes cívicos de Eagle Pass se opusieron tenazmente a la construcción del muro y Foster dijo que por un momento dio la impresión de que el gobierno federal estaba satisfecho con las medidas alternativas.

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