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Niños de Puebla Reciben Juguetes del Día de los Muertos
Escrito el 07 Nov 2011
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PUEBLA, México - Los niños de las comunidades indígenas mixtecas del estado de Puebla, en el centro de México, empiezan a recibir regalos de los difuntos, según la tradición prehispánica con motivo del Día de Muertos. El cronista Eduardo Merlo explicó que esta tradición ancestral sólo se conserva "pura" en algunos municipios del sur del estado de Puebla, donde los pequeños esperan ansiosos los juguetes que los difuntos depositan en los altares que las familias preparan en su honor.
Mientras en la mayor parte del país los vivos obsequian comida, flores y ceras a sus difuntos, en estas comunidades "son los muertos quienes traen, desde donde están, los regalos para los niños", dijo Margarita Cuautle, quien desde hace 40 años vende unos silbatos de barro utilizados en esta festividad.
Desde la mañana del 31 de octubre se prepara la ofrenda, que incluye juguetes para los niños que ya perecieron, pero también para aquellos que siguen aquí. "Para que vivos y muertos jueguen frente al altar", indicó Merlo. Entre los regalos figuran "animalitos con ruedas, platos, muñecos y ahora algunos juguetes más sofisticados", comentó.
Una vez puesta la ofrenda, las familias se visitan unas a otras para que los pequeños reciban de sus "padrinos" el regalo esperado.
Mientras los adultos degustan de la comida frente al altar, los niños juegan con cornetas que, en náhuatl, llaman "kojkohuilotl", que quiere decir "silbatos que no son de verdad".
El objetivo de estas cornetas de barro es atraer y orientar con música las almas de los niños que ya murieron para que acudan a los altares. El Día de Muertos, que se celebra el 2 de noviembre, aunque unos días antes empiezan los preparativos, se acompaña en los pueblos de Huehuetlán, Huatlatlahuca, Acajete y Huixcolotla con dulce de calabaza batida, panes con forma de muñecos bañados con azúcar, atole de arroz, dulces y flores.
La celebración de los muertos en la Mixteca, según Merlo, es una "fiesta de juguetes" y los niños lo saben de sobra, ese es su día para disfrutar de los regalos; la Navidad o los Reyes Magos son sólo fechas de convivencia familiar.
Aunque los Gobiernos y algunos voluntarios empiezan a llevar regalos en Navidad y Día de Reyes a estas comunidades marginadas, la tradición de los difuntos se impone como la fecha más esperada por los niños vivos, que reciben regalos hasta el 2 de noviembre.
Mientras en la mayor parte del país los vivos obsequian comida, flores y ceras a sus difuntos, en estas comunidades "son los muertos quienes traen, desde donde están, los regalos para los niños", dijo Margarita Cuautle, quien desde hace 40 años vende unos silbatos de barro utilizados en esta festividad.
Desde la mañana del 31 de octubre se prepara la ofrenda, que incluye juguetes para los niños que ya perecieron, pero también para aquellos que siguen aquí. "Para que vivos y muertos jueguen frente al altar", indicó Merlo. Entre los regalos figuran "animalitos con ruedas, platos, muñecos y ahora algunos juguetes más sofisticados", comentó.
Una vez puesta la ofrenda, las familias se visitan unas a otras para que los pequeños reciban de sus "padrinos" el regalo esperado.
Mientras los adultos degustan de la comida frente al altar, los niños juegan con cornetas que, en náhuatl, llaman "kojkohuilotl", que quiere decir "silbatos que no son de verdad".
El objetivo de estas cornetas de barro es atraer y orientar con música las almas de los niños que ya murieron para que acudan a los altares. El Día de Muertos, que se celebra el 2 de noviembre, aunque unos días antes empiezan los preparativos, se acompaña en los pueblos de Huehuetlán, Huatlatlahuca, Acajete y Huixcolotla con dulce de calabaza batida, panes con forma de muñecos bañados con azúcar, atole de arroz, dulces y flores.
La celebración de los muertos en la Mixteca, según Merlo, es una "fiesta de juguetes" y los niños lo saben de sobra, ese es su día para disfrutar de los regalos; la Navidad o los Reyes Magos son sólo fechas de convivencia familiar.
Aunque los Gobiernos y algunos voluntarios empiezan a llevar regalos en Navidad y Día de Reyes a estas comunidades marginadas, la tradición de los difuntos se impone como la fecha más esperada por los niños vivos, que reciben regalos hasta el 2 de noviembre.