Patrón en problemas por contrata ilegal

SAN DIEGO, California - Mel Kay fabrica cercas. Tenía la compañía de ese ramo más grande en el sur de California, llegó a conseguir ventas anuales por $150 millones y sus cercas se encuentran por doquier: en barrios privados, en bases militares y hasta en prisiones. Incluso construyó cercas en dos celdas de inmigración, una estación de la Patrulla Fronteriza y en la frontera con México.

Esto constituye toda una paradoja, porque admite que muchas de las cercas que instaló su compañía fueron construidas por inmigrantes sin papeles. Las autoridades federales se enteraron y lo persiguieron, decididos a enviarlo a la cárcel como ejemplo para otros empleadores que contratan a trabajadores indocumentados.

Tenían numerosas pruebas. La fiscalía determinó que aproximadamente un tercio de sus 750 trabajadores no tenían papeles. Dijeron a los abogados de Kay que tenían entrevistas video grabadas con una docena de empleados que habían sido apresados en redadas en Golden State Fence Co. en 1999 o el 2004, expuestos como inmigrantes ilegales, y después contratados nuevamente por la compañía. La historia del ascenso y caída de Kay -según documentos judiciales, informes del gobierno y entrevistas con sus empleados y asociados, investigadores federales y el mismo Kay- comienza en el suburbio angelino de Glendale, donde nació en una familia con 10 hermanos.

Casi todos sus empleados aprovecharon la amnistía de 1986 pero pronto tuvo problemas para conseguir trabajadores. Desconfiaba de los solicitantes de empleo desconocidos y prefería depender de empleados mexicanos para que reclutaran a familiares y amigos.

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