Presupuesto 2008 de EEUU aumenta fondos para seguridad fronteriza
El presupuesto para el año fiscal 2008 presentado hoy por el presidente de EEUU, George W. Bush, al Congreso incluye un aumento del 8 por ciento para los gastos del Departamento de Seguridad Nacional, incluida la vigilancia fronteriza.
De esta cantidad, mil millones de dólares se emplearán en la creación de una "solución integrada de infraestructura y tecnología" para el control efectivo de la frontera.
En esta cifra se incluye el levantamiento previsto de un muro en la frontera con México, así como barreras virtuales para impedir la entrada de inmigrantes ilegales a territorio estadounidense.
Esta cantidad se suma a la ya contemplada en los presupuestos de 2006 y 2007, que destinaban 1.500 millones de dólares para la construcción del muro y para la mejora de la seguridad en la frontera suroeste. Además, 778 millones de dólares se destinarán a la contratación de 3.000 nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza y la dotación de equipos para el control de las fronteras.
Otros treinta millones de dólares quedarán apartados para el programa de Verificación de Permiso de Empleo, destinado a identificar si los trabajadores que se contraten tienen los papeles en regla.
Asimismo, el llamado Programa de Delincuentes Extranjeros verá un aumento en su dotación de 28,7 millones de dólares para la identificación y deportación de delincuentes foráneos detenidos en las cárceles de EEUU, de manera que al término de sus condenas no queden en libertad entre la población estadounidense.
Por otro lado, la propuesta de presupuesto, que ahora quedará sometida a la aprobación del Congreso, prevé también un total de 252 millones de dólares para la puesta en práctica de la llamada Iniciativa de Viaje para el Hemisferio Occidental.
Esta iniciativa exige que todos los viajeros que quieran entrar en EEUU procedentes de algún país de América, sean estadounidenses o extranjeros, cuenten con un pasaporte.
Hasta ahora no se exigía ese requisito a los estadounidenses, a los que les bastaba con mostrar un documento que demostrara su nacionalidad -como una partida de nacimiento, por ejemplo-, o a ciudadanos de determinados países, como Canadá, si efectuaban el viaje por tierra.