Una de las principales preocupaciones a la hora de elaborar tu declaración de impuestos es cómo obtener deducciones. Una de las más comunes es mencionar a tus dependientes, pero debes hacerlo de forma legal o podrías enfrentar un castigo muy severo, entre ellos la cárcel o la deportación.
La mejor opción siempre será contratar a un preparador de impuestos para que te asesore, pero nunca está de más conocer a quiénes puedes incluir como dependientes de forma legal, pues hay casos en los que los profesionales recurren a “trucos” para que sus clientes paguen menos, pero podrían meterte en problemas.
Los dependientes más comunes son los hijos, pero también pueden serlo algunos familiares que vivan contigo y cuyo sustento económico recae en ti. No obstante, hay ciertas reglas que debes conocer. Por ejemplo, si dicha persona no vivió contigo más de seis meses en este año o depende económicamente de ti, pero reside en el extranjero, no puedes ponerlo en tu declaración. Ahora bien, tus hijos son dependientes siempre y cuando sean menores de 17 años y estudien. Si ya tienen familias propias y/o trabajo, ya no entran en esa categoría. No obstante, un hijo que es estudiante de tiempo completo puede ser dependiente hasta los 25 años.
Entre los parientes que puedes poner como dependientes están quienes tengan algún tipo de discapacidad, el único requisito que debes cumplir es que vivan contigo. Si no lo hacen, aunque los mantengas económicamente, ya sea en casa de otro familiar o en un asilo, no puedes mencionarlos en tu declaración de impuestos.