¡Quiero una piel dorada!
La obsesión por el bronceado
Los cuerpos bronceados realmente lucen hermosos, pero si no se tiene el cuidado necesario y surge un interés exagerado por conseguirlo, el costo para la salud puede ser peligroso. La adicción al bronceado ya comienza a conocerse con el nombre de tanorexia (tan significa bronceado en inglés) y surge cuando la gente cree que poseer un bronceado perfecto es sinónimo de atractivo y esto se ha convertido en una moda” ya, comenta la doctora Patricia Martínez Cejudo, especialista en dermatología y oncología.
Las personas que padecen esta enfermedad se distinguen por presentar una inconformidad en el color de su dermis, logrando de esta manera que el empeño por alcanzar el ideal de belleza llegue a ser destructivo en su imagen.
Los tanoréxicos son clientes frecuentes de los rayos UV, aprovechan cualquier escapada a la alberca o playa para tenderse bajo el sol, y recurren a sesiones de bronceado.
Un estudio realizado por la Universidad Wake Forest en 2006 expuso que las personas con esta obsesión experimentan una sensación placentera al estar en contacto con los rayos UV y que cada vez que se asolean, su organismo produce endorfinas que brindan una sensación de bienestar.
“Las personas que llegan a tener un bronceado en exceso dejan a un lado el cuidado de su piel y siguen exponiéndose a los rayos UV sin medida, provocando incluso quemaduras de primer grado,” dijo Patricia Martínez. El mito o realidad de que estar blanco ya no está de moda y que lucir un cuerpo bronceado se ha convertido en una obligación estética y una excelente carta de presentación ante los demás, ha empujado a la gente a buscar ese prototipo de belleza.