Radiografía de los trabajadores temporales

TIPTON, Indiana, EE.UU. - Durante toda su vida, Yolanda Santana intentó escapar a su pasado. Sin embargo, mientras plantaba otra fila de tomates bajo un sol ardiente, sabía que su estilo de vida de trabajadora nómada era parte de ella y que nunca podría dejarlo atrás.

Santana, desde los 8 años de edad, acompañó a sus padres y a nueve hermanos y hermanas por diferentes estados de Estados Unidos para recolectar fruta, recoger maíz y plantar y cosechar tomates.

Parecemos gitanos

Trabajó junto con cientos de otros trabajadores extranjeros, trasladándose según la temporada. "Algunas veces parecemos gitanos pues nos trasladamos de pueblo en pueblo", indicó Santana.

Fue la única vida que conoció hasta que dio a luz a su primer hijo hace 23 años.

"Cuando tuve a mi hijo, no quise esta vida para él ni para alguno de mis hijos", indicó Santana.

Pero para poder ingresar a una fuerza de trabajo, tuvo que superar varios obstáculos. Uno de ellos es que necesitaba una educación. Como no terminó los estudios secundarios, Santana decidió obtener una certificación para adultos.

Fue el impulso que necesitó para obtener una mejor paga y un trabajo más estable. Encontró trabajo en Texas como empleada del departamento de préstamos de la Farmers Home Admnistration, donde le encontraba vivienda a los trabajadores temporales. También tuvo otros empleos y finalmente pudo afincarse en un sitio.

Sin embargo, esto no duraría. El año pasado, se enteró que su padre tenía una enfermedad cardíaca severa, y le dijeron que no le quedaba mucho tiempo de vida y que él no pensaba dejar su casa.

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