Ramona Sifuentez: “Orgullosamente Hispana”
En nuestra búsqueda de mujeres que no sólo han cambiado su vida sino la de otras más; que han servido de ejemplo para cambiar el pensamiento y actuar de la comunidad que les rodea, nos encontramos con una mujer sencilla, llena de principios y convicciones; con compromisos definidos; nos encontramos con una mujer, esposa, madre, abuela, profesional, y que más… bueno nos encontramos con Doña Ramona Sifuentez, Encargada del Programa Multicultural de Reclutamiento de Estudiantes de la Universidad del Estado de Washington Tri-Cities.
Doña Ramona una persona que siempre está pensando retribuir a la comunidad, lo bueno que la comunidad le ha dado a ella, es originaria de Texas al igual que sus padres y abuelos y, sus ancestros estuvieron en el área de los valles de Río Grande, mucho antes de que Texas perteneciera a la Unión Americana. Sus padres decidieron moverse hacia el Norte de la Nación, al Estado de Idaho en 1950, pensando ofrecer un mejor futuro para sus hijos. Aunque ella vino muy pequeña, sus raíces jamás las olvidó. Recuerda que .... en un momento de su vida, cuando su hermano y ella eran aún jóvenes estudiantes sus padres decidieron que debían abandonar las costumbres hispanas y dedicarse más a conocer del idioma inglés, a explorar más la forma de vida del norteamericano, asimilar y comportarse como tal.
Tanto su hermano como ella, decidieron investigar acerca de sus raíces y encontraron que el amor con que se cría un hogar latino es de mucho valor para la familia y viéndose en el futuro como padres de familia, consideraron que lo mejor era vivir las dos culturas, y fue así como retomaron el idioma español, convivieron con hispanos de su área y ¿por qué no?, a deleitarse con las típicas comidas latinas. Desde aquél entonces hasta la fecha la señora Sifuentez, siempre ha enseñado a sus hijos que deben vivir lo mejor de ambas culturas y aunque es una americana feliz y respetuosa de su país, siempre se ha considerado orgullosam ente latina.
Durante su vida de profesional la señora Sifuentez ha trabajado ayudando a la comunidad latina en el ámbito educativo, y aunque fue graduada para enseñar en "un aula de cuatro paredes y 30 alumnos", ella considera que ha disfrutado aún más, el hecho de ayudar a los padres de familia a encontrarse como verdaderos entes de apoyo para sus hijos; ha motivar a los estudiantes a no detenerse en sus estudios hasta no haber coronado una carrera profesional. Le llena de mucho orgullo nos manifiesta, el saber que muchos maestros que hoy enseñan en diferentes escuelas… ayer tan sólo eran unos niños pidiendo una oportunidad; tan sólo eran niños sentados escuchando de sus consejos.
Muchas personas tratan de encontrar dificultades en el camino de la superación profesional o personal y aunque existen obstáculos -porque siempre los hay-, éstos deben fortalecernos a fin de ejercer un cambio positivo en nuestra vida. Si creemos que existe la barrera de la discriminación, debemos trabajar en conjunto con otras personas para que esos problemas no continúen.
Creo que la mujer está cambiando y hoy en día además de ser buena persona, tiene la responsabilidad de ser una excelente esposa, madre y sobre todo una profesional que se sienta feliz de la labor que está desarrollando, que la función que desempeña sea motivo de orgullo y placer; pero sobre todo, un trabajo en donde sepa que está aportando algo de provecho para las futuras generaciones. Por tanto, la mujer latina no debe dejarse vencer en ningún momento de su vida; no privarse la oportunidad de ser alguien por el tan solo hecho de ser mujer. Creo que como personas, todos tenemos la misma capacidad mental para poder desarrollar cualquier actividad. Eso lo decían mis padres y siempre he tratado de transmitir ese pensamiento a cuanta persona he podido "Seremos lo que nosotros queramos ser".
Creo que después de tantos años al servicio de la educación, haciendo énfasis porque los padres de familia se interesen en sus hijos para que se mantengan en las escuelas; luchando porque no se detengan sino hasta haber logrado una profesión; ayudando a mejorar sus conocimientos e induciéndolos a lograr becas de estudio, entre otras actividades; mi labor aún no termina y ahora que me veo como madre de 4 hijos y abuela de 7 nietos; siento que nada de eso hubiera sido posible, sin la ayuda de mi esposo José, a quien considero una bendición en mi vida porque me ha sabido entender y me ha dado todo el apoyo cuando lo he necesitado.