Rumbo a la corte una pugna idiomática

TUCSON, Arizona - Un grupo de trabajadores latinos de un hotel en Nuevo México que fueron despedidos al negarse a cambiar sus nombres por otros "más americanos" estudian la posibilidad de presentar una demanda por discriminación racial. "La Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC) tiene mucho interés en estudiar los detalles de este caso, es un paso administrativo que es importante porque lo requiere la ley antes de que podamos iniciar un caso en la corte", dijo Dennis W. Montoya, abogado de los ocho empleados hispanos despedidos del hotel Whitten Inn (anteriormente Paragon Inn) en Taos, Nuevo México.

El pasado mes de julio, Larry Whitten adquirió el hotel y estableció estrictas medidas para sus empleados, entre ellas la prohibición de hablar español en su presencia y que adoptaran nombres en inglés.

"Existe una probabilidad de que el gobierno pudiera entrar como respaldo para ayudar a los demandantes, se podría presentar una demanda por discriminación en base de grupo étnico y origen nacional", explicó Montoya, en entrevista vía telefónica.

Manifestó que la Constitución del estado de Nuevo México establece el español como uno de los idiomas oficiales del estado. El abogado dijo que casos como éste son "muy poco comunes" en el estado, debido a la comunidad tan diversa que existe en Nuevo México y sus fuertes raíces hispanas. "Usualmente la discriminación es más velada, más escondida, en este caso este señor ha sido completamente abierto, discriminatorio con una actitud de que 'yo soy el jefe y voy hacer lo que se me da la gana'", agregó Montoya.

Whitten, un tejano de 63 años, pidió a uno de sus empleados de nombre "Martín", llamarse Martin (con acentuación en la a), mientras que Marcos sería "Mark".

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