Se reanuda batalla Clinton vs Giuliani

ALBANY, Nueva York - Son dos luminarias. Basta decir sus nombres de pila para saber de quién se trata. Recaudan millones de dólares y están parejos en las encuestas.

No estamos hablando del 2000. Siete años más tarde, vuelve a tomar forma la esperada batalla entre Hillary Rodham Clinton y Rudy Giuliani que no se dio cuando ambos se postularon al Senado.

En esa ocasión, Giuliani, por entonces popular alcalde de Nueva York, estaba levemente adelante en las encuestas de la primera dama, pero le despejó el camino a Clinton al retirarse de la contienda para combatir un cáncer. Esta vez la batalla es por la presidencia.

La lucha electoral del 2000 lucía tan reñida como interesante, ya que enfrentaba a un alcalde duro, que se hizo famoso combatiendo el crimen en su época de procurador, y una mujer famosa, esposa del presidente en ejercicio.

Giuliani la describió como una advenediza de Arkansas, una "líder del ala ultraizquierdista de los demócratas", dispuesta a usar el Senado como trampolín para lanzarse a la presidencia.

Ella contraatacó diciendo que Giuliani tal vez no tenía el temperamento indicado para servir en el Senado porque "se enoja por cualquier cosa".

El duelo por una banca en el Senado quedó en la nada cuando a Giuliani se le diagnosticó un cáncer de próstata y el alcalde de Nueva York se alejó temporalmente de la política para recibir tratamiento.

Clinton ganó la elección sin recibir demasiada oposición del desconocido Rick Lazio.

Giuliani y Clinton finalmente podrían toparse, ahora como candidatos a la presidencia.

Clinton aparece como la favorita en las encuestas entre los demócratas y Giuliani lidera entre los republicanos. Una encuesta a nivel nacional dada a conocer la semana pasada por la revista Time indica que Giuliani aventaja a Clinton con el 47% de las preferencias, contra el 43% de la ex primera dama.

"Los periodistas de los tabloides se relamen", dice el estratega demócrata Hank Sheinkopf, quien colaboró con la campaña de reelección de Bill Clinton en 1996 y no está vinculado con la campaña de su esposa.

"Ninguno de los dos es lo que se podría llamar un candidato sumiso", opinó Maurice Carroll, director del Instituto de Encuestas de la Universidad de Quinnipiac.

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