Sin inmigrantes no habría agricultura…

Los hacendados preferirían una reforma que les permitiese contratar tantos trabajadores extranjeros como sea necesario, sin tener que incurrir en los gastos y los trámites del actual programa de trabajadores temporales.

FRESNO, California - Mientras vigila sus cosechas, Will Rousseau también tiene puesto un ojo en Washington, donde el Congreso debate reformas migratorias que pueden tener un enorme impacto en las haciendas que dependen de trabajadores extranjeros.

No se puede prescindir de ellos. Se calcula que un 53 por ciento de los aproximadamente 1.8 millones de trabajadores agrícolas de los Estados Unidos son extranjeros indocumentados. Si se interrumpe la circulación de trabajadores, legales o no, que van a las cosechas de frutas y vegetales, numerosos agricultores irían a la quiebra, según Rousseau.

"La gente de aquí no hace esos trabajos, no importa cuanto paguemos", expresó Rousseau, quien contrata hasta 700 personas para las cosechas en su hacienda de Phoenix.

Rousseau y muchos colegas consideran que el proyecto aprobado en la Cámara de Representantes, que incluye fuertes castigos para los indocumentados y todo aquél que los ayude, sería desastroso para esta actividad.

La American Farm Bureau Federation, que promueve un programa de trabajadores temporales más eficiente, dice que la industria agrícola perdería hasta 9 mil millones de dólares si se ve obligada a prescindir de los indocumentados y no se le da otra alternativa.

Los trabajadores agrícolas ganan un promedio de 10 dólares la hora, según Austin Pérez, especialista en cuestiones laborales de esa federación.

Si ese promedio aumentase a 14 dólares, una tercera parte de las haciendas productoras de frutas y vegetales debería suspender sus actividades, indicó. Y esa suma podría no ser suficiente para conseguir que los nativos realicen estas tareas.

Las estadísticas indican que la ausencia de trabajadores extranjeros sería desastrosa para los dueños de haciendas, pero el consumidor prácticamente no se enteraría.

Ello se debe a que un porcentaje muy pequeño de lo que paga el consumidor va a las manos de los agricultores y sus empleados. Si uno paga un dólar por una lechuga, el agricultor recibe 19 centavos y el trabajador que recogió esa lechuga solo seis, según el Departamento de Agricultura.

Pero lo que sí podría ocurrir es que los supermercados de Estados Unidos comprasen más frutas y vegetales en el exterior. Esa es una tendencia que ya se viene notando pues los costos de la producción en Estados Unidos son cada vez mayores.

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