– Todo fue una locura –

Informan que dos estudiantes del País, del Tec de Monterrey, estaban en el campus

BLACKSBURG, Virginia - Incrédulos, los mexicanos que estudian o enseñan en el campus de Virginia Tech permanecían ayer hipnotizados por las imágenes de televisión que mostraban los efectos de la masacre en su centro educativo y una y otra vez repetían: “Esta era una universidad muy tranquila. Lo que pasó fue una locura”.

El yucateco Carlos Evia, de 35 años, profesor de Redacción del Departamento de Inglés de Virginia Tech, se encontraba por la mañana en una reunión en otro edificio de la universidad cuando escuchó las primeras informaciones sobre el ataque que dejó 33 muertos.

“Al principio no me lo tomé muy en serio; creo que nadie, ya que la semana pasada hubo dos falsas amenazas de bombas”, contó a REFORMA.

Sin embargo, poco a poco todos los que participaban de la reunión comenzaron a recibir mensajes en sus celulares sobre lo que estaba pasando. Cancelaron el encuentro e intentaron abandonar las instalaciones, pero las autoridades habían ordenado el cierre de todos los edificios.

"Estábamos muy preocupados, y las cifras que se mencionaban en televisión eran espantosas. Cuando salimos nos encontramos con agentes de la Policía local, de la estatal, del FBI y equipos especiales SWAT. No lo podía creer", agregó Evia, quien desde 2004 trabaja en Virginia Tech.

En otro rincón del campus, el estudiante mexicano Daniel Moncada, de 28 años y de Guadalajara, se hallaba en esos momentos en un camión rumbo a la escuela de Geología.

“Nos hicieron parar y dar marcha atrás sin más explicaciones. No fue hasta que llegué a una cafetería que supe la tragedia que estaba ocurriendo”, señaló Moncada, quien preside la Organización de Mexicanos en Virginia Tech, con 14 miembros. Tanto Evia como Moncada se pusieron en contacto con sus familiares y amigos, en la universidad y en México.

La mayoría de los mexicanos ha venido a través de un convenio que Virginia Tech firmó con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Además, la universidad tiene un programa de intercambio con el Instituto Tecnológico de Monterrey, llamado Tech-to-Tech Connections.

“No me quisiera ir, no tengo miedo; no creo que algo así vuelva a pasar aquí. Lo que sucedió fue una locura, producto de un chavo que debe haber tenido problemas mentales serios”, señaló Moncada.

Según él, se tiene que haber tratado de un estudiante, ya que al edificio residencial en el que inició su tiroteo a las 7 de la mañana sólo pueden ingresar universitarios que viven allí con una tarjeta magnética.

Para el profesor Evia será muy difícil para la universidad superar este violento episodio.

“Creo que todavía no nos 'cae el veinte'. Si piensas todas las cosas malas que te vienen a la cabeza cuando alguien menciona la matanza estudiantil en Columbine, imagínate cómo cambiará la imagen pública de Virginia Tech”, destacó en referencia al tiroteo protagonizado por dos jóvenes en aquella localidad de Colorado en 1999, cuando murieron 12 estudiantes y un profesor. "Serán tiempos muy duros", pronosticó.

Sortean la masacre

Dos alumnos del Tecnológico de Monterrey, quienes actualmente se encuentran cursando estudios en Virginia Tech, se encontraban en el interior del campus durante la masacre, pero no resultaron lesionados, reveló Jorge Lozano, vocero de la institución mexicana.

Refirió que Érick Eliacid González Castillo, 22 años y estudiante del séptimo semestre de la carrera en Administración de Empresas, originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas; y Mirén del Rocío Carega Ochoa, 22, alumna del mismo semestre de la carrera en Diseño Industrial, nacida en Monterrey, estuvieron cerca de la tragedia.

Explicó que el joven incluso escuchó de cerca las detonaciones de armas de fuego.

"Ya tuvimos contacto con nuestros estudiantes, a través de la Oficina de Programas Internacionales, y todos ellos están muy bien, afortunadamente no tuvimos repercusiones ante esta lamentable tragedia", dijo Lozano.

Alberto Armendáriz
Agencia Reforma

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