Un consejo municipal de Oregon abandona la agenda anti-indocumentados
La idea fue sugerida por el consejal Paul Delaney, quien dijo ha visto que ciudades como Woodburn y Hillsboro han cambiado por su gran población latina y no quiere que Willamina siga ese camino.
“La gente dice que es un suicidio político. No me importa”, Delaney expresó. “No estoy aquí para gustar a la gente. Estoy aquí para buscar la seguridad de los ciudadanos. Voto por eso. Tengo agallas”. Fue el único. El abogado de la ciudad Paul Elsner y otros miembros del ayuntamiento se negaron a la idea de que Willamina afrontara un asunto federal.
Los residentes de Willamina y de otras ciudades se presentaron en la cámara del consejo la noche del jueves pasado. La última reunión del ayuntamiento que presentó tanto interés fue a principios del 2006, cuando el ayuntamiento echó a la calle a Angie, la gatita popular de la biblioteca. El objetivo general de Delaney era dar a la policía local más poder para revisar el estatus legal. Promovió que Elsner cambiara su declaración en una ordenanza formal, pero Elsner se rehusó a escribir dicho documento.
“El gobierno federal tiene completamente la autoridad para manejar los asuntos de inmigración”, expuso. “No puedo escribir la ordenanza que quiere. Es inconstitucional. No la escribiré. Tendrá que conseguirse a otro abogado”.
El resto del ayuntamiento acordó en dejar la idea. A pesar de que Delany encontró poco apoyo de sus colegas, tiene mucho de la audiencia.
“Ilegal significa vengan, el gobierno se hará cargo de ti. Sólo abran las fronteras y dejen que entren. Esa es la clase de seguridad que tienes en este país”, manifestó Loyal Abbott de McMinnville. “Si quieren ser mexicanos, que sean mexicanos. Pero en México, no aquí. Si vas a un hospital en McMinnville, te recuestas y mueres ahí mientras que los mexicanos son atendidos gratuitamente”. Otros se quejaron que los indocumentados cometen crímenes, minan los servicios sociales y mantienen los salarios bajos.
“Esto no es más el hogar”, expresó Nina Clevidence de McMinnville. “Nos fue robado”.
Los oponentes de la causa de Delaney también tienen que decir, con el mayor número de quejas en Willamina sobre más asuntos de opresión.
“¿Hay algún problema?, preguntó Corene Farmen de Willamina. “No sabía que teníamos un problema de extranjeros ilegales. No tenemos ninguna frontera cerca”. Nora Guardiola de Willamina se atragantó cuando fue su turno en el pódium. “Si pertenezco aquí”, declaró. “Fui criada aquí. Tienes que pensar en todas la personas que han pasado sus vidas aquí.