DALLAS, HISPANIC PR WIRE – En momentos en que la furiosa retórica en torno al tema de la inmigración ilegal suele dominar la agenda política de EE.UU., un nuevo libro presenta una voz compasiva a los estadounidenses: un refugiado cubano que ha destinado su vida a ayudar a otros 20,000 refugiados a encontrar la libertad, la esperanza y la curación en la frontera de EE.UU.
“I Was A Stranger, Hope for a Hidden World” es la historia inspiradora de Feliberto Pereira y su vida como un moderno Buen Samaritano. Pereira escapó de la persecución del régimen de Fidel Castro de 1960 a bordo de un “vuelo de libertad” a Estados Unidos. Sabiendo de antemano que la mayoría de los refugiados llegan con nada más que sus ropas, Pereira, ciudadano de EE. UU., comenzó un ministerio en el sur de Texas para ayudar a los refugiados en su camino hacia la libertad. Desde 1979, lo que es ahora Southwest Good Samaritan Ministries (Ministerios del Buen Samaritano del Sudoeste) ha ayudado a unos 20,000 refugiados de más de 40 países, musulmanes, judíos, cristianos y ateos. Los refugiados y quienes los atienden son bienvenidos en un centro de cinco acres construido por los voluntarios, y llamado Casa Compasión (House of Compassion) ubicado a tres millas de uno de los más grandes centros de detención de inmigración del Gobierno de EE.UU., desde donde los refugiados detenidos son liberados para pasar a la custodia de Pereira.
De manera trágica, el libro también describe cómo el asilo político ahora se está amontonando junto con todas las formas de inmigración y, como resultado de ello, el asilo como un camino legal hacia la libertad parece estar desapareciendo para cientos de miles de personas. Desde el ataque del 11 de septiembre a Estados Unidos, ha bajado drásticamente la cantidad de refugiados que busca y a quien se les ofrece asilo político. “Tengo un lugar en mi corazón para todos los refugiados e inmigrantes”, dijo Pereira. “Son personas como usted, como yo, solo que a muchos la vida los ha puesto en una situación que ninguno de nosotros jamás elegiría. La inmigración ilegal es un problema que ningún país puede ignorar, pero los americanos debemos distinguir entre los inmigrantes ilegales que buscan vivir mejor económicamente, y las personas que necesitan protección”.
En 2007, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados señaló: “más y más personas en busca de asilo son descritas no como refugiados que escapan de la persecución y tienen derecho a un refugio, sino como inmigrantes ilegales, potenciales terroristas y delincuentes, o cuanto menos, como ‘personajes simuladores'”.