Washington – Líderes políticos y económicos de la frontera de Texas y Arizona instaron a la Casa Blanca y al Congreso a invertir recursos sobre seguridad con “sensatez” porque “la frontera no está fuera de control ni necesita más militares”.
“Nuestra comunidad es segura. Queremos que el sentido común se imponga. No queremos que se desperdicie dinero en la frontera. No necesitamos a la Guardia Nacional como algunas pláticas dicen”, aseguró en una rueda de prensa en el Capitolio, John David Franz, alcalde de Hidalgo, una ciudad fronteriza de Texas. En busca de “sentido común” y “prudencia”, denunció la “histeria” desatada sobre la seguridad de la frontera, que ha incluido un anuncio del senador republicano por Arizona, John McCain, en el que aparece paseando al lado de un policía en la frontera y detallando su plan de enviar a agentes de la Guardia Nacional. McCain ya intentó en abril “vender” al Congreso el plan de acción de diez puntos que presentó junto el senador republicano Jon Kyl y que incluye el despliegue de 3.000 soldados de la Guardia Nacional entre Arizona y México.
Sin embargo, Franz y otros líderes que se reunieron con miembros de la Casa Blanca pidieron que los recursos se dirijan a incrementar infraestructura, sobre todo a tecnología, y a la vigilancia en los puertos de entrada, con 5.000 funcionarios más.
“Necesitamos más recursos para ser más eficientes en las entradas y las salidas (de los puertos), de manera que podamos facilitar el comercio y mejorar la seguridad”, precisó Franz.
Karin Uhlich, del Consejo de Tucson (Arizona), recordó que la delincuencia en la frontera ha disminuido un 50 por ciento desde 2005 y exigió que el dinero de los contribuyentes se gaste según “los hechos y no el miedo”.
La inversión en seguridad en el territorio que queda entre 42 puntos de entrada por tierra de los más de 3.000 kilómetros de la frontera con México, ha conseguido que haya un 70 por ciento de posibilidades de ser detenido, según un estudio citado por Billy Moore, de la Coalición de la Frontera de Texas.
En cambio, sólo un 28 por ciento de los “mayores violadores de la ley” que entran por los puertos de entrada son detectados y detenidos, según datos del Departamento de Seguridad Nacional, citó.Los negocios son el otro frente afectado por la seguridad porque, según destacó Uhlich, la economía de las ciudades de la frontera y del norte de México se necesitan el uno del otro. En ese sentido, la vicepresidenta del Consejo de Inversión de Agricultores de Arizona, Nan Walden, manifestó la frustración que su organización y otros negocios del estado sienten por el pánico desatado sobre la frontera, que se une al boicot que “ya sufren”.
“Estamos viviendo un clima de miedo y de racismo” que perjudica a los empleadores, denunció, como miembro de una de las granjas de nueces del sur que es también el mayor empleador del sur de Arizona.