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Ya no buscan a vivos,sino a muertos
Escrito el 12 Sep 2005
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BAY SAINT LOUIS, Mississippi - “Una madre ahogada abrazada a su hijo muerto, en el suelo de unos grandes almacenes. Los vivos estaban arrasando con todo lo que encontraban, sin prestar atención al cadáver”. Es la peor imagen que ha quedado en la retina de Dina, una de las paramédicas que viaja en la ambulancia de rescate.
En Bay Saint Louis, en Misisipí, ya no se buscan vivos, sino muertos.
A la entrada de este lugar, en el condado Hancock, el recibimiento es más que explícito: cientos de automóviles atrapados en el barro a ambos lados de la carretera, en posición de huida. ¿Qué les pasó a los conductores? “El agua subió y subió y los que pudieron, se fueron nadando, pero muchos otros...”.
Robert Riegler, el conductor de una de las 15 ambulancias que hoy van a recorrer este condado de 40 mil habitantes, es un tipo serio, de pocas palabras.
Viajó el viernes desde Miami con otros cien enfermeros acudiendo a la llamada lanzada por el America Medical Response, la empresa nacional de ambulancias para la que trabaja en Florida.
Con él han venido varios de sus compañeros, Marco Escalante, de origen peruano y Roberto Sardiñas, cubano.
Tienen la piel curtida de tragedias vividas en su ambulancia y el alma acostumbrada a superar la huella que dejan los huracanes a su paso por las costas de Florida.
“Pero esto es demasiado, aquí no ha quedado nada” exclama Marco, de 30 años, que no deja de mirar por la ventana.
Las casas han viajado sobre el agua y se han instalado en la carretera, los barcos están caídos frente a los supermercados y en los laberintos de carreteras rurales que se extienden entre ríos y pinares, la destrucción es grande: el 80 por ciento de las casas han desaparecido.
Este condado, que se le levanta entre uno y tres metros por encima del nivel del mar, ha sufrido el zarpazo del Katrina con demasiada violencia.Y los muertos que no se ven en esos coches que han quedado paralizados junto a la carretera, están sin embargo muy presentes “todos los días se encuentran cuerpos, sobre todo en esta zona”, explica Roberto. Y sus compañeros de ambulancia asienten.
Oficialmente, en el condado de Hancock, sólo han fallecido 30 personas.
En Bay Saint Louis, en Misisipí, ya no se buscan vivos, sino muertos.
A la entrada de este lugar, en el condado Hancock, el recibimiento es más que explícito: cientos de automóviles atrapados en el barro a ambos lados de la carretera, en posición de huida. ¿Qué les pasó a los conductores? “El agua subió y subió y los que pudieron, se fueron nadando, pero muchos otros...”.
Robert Riegler, el conductor de una de las 15 ambulancias que hoy van a recorrer este condado de 40 mil habitantes, es un tipo serio, de pocas palabras.
Viajó el viernes desde Miami con otros cien enfermeros acudiendo a la llamada lanzada por el America Medical Response, la empresa nacional de ambulancias para la que trabaja en Florida.
Con él han venido varios de sus compañeros, Marco Escalante, de origen peruano y Roberto Sardiñas, cubano.
Tienen la piel curtida de tragedias vividas en su ambulancia y el alma acostumbrada a superar la huella que dejan los huracanes a su paso por las costas de Florida.
“Pero esto es demasiado, aquí no ha quedado nada” exclama Marco, de 30 años, que no deja de mirar por la ventana.
Las casas han viajado sobre el agua y se han instalado en la carretera, los barcos están caídos frente a los supermercados y en los laberintos de carreteras rurales que se extienden entre ríos y pinares, la destrucción es grande: el 80 por ciento de las casas han desaparecido.
Este condado, que se le levanta entre uno y tres metros por encima del nivel del mar, ha sufrido el zarpazo del Katrina con demasiada violencia.Y los muertos que no se ven en esos coches que han quedado paralizados junto a la carretera, están sin embargo muy presentes “todos los días se encuentran cuerpos, sobre todo en esta zona”, explica Roberto. Y sus compañeros de ambulancia asienten.
Oficialmente, en el condado de Hancock, sólo han fallecido 30 personas.