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La Naturaleza: ¿cándida o asesina?
La ONU asegura que los muertos por desastres naturales en la década de los noventa duplicaron a las de los años setenta, en un aumento vertiginoso que muchos científicos y ecologistas atribuyen a la mano del hombre.
Escrito el 07 Jan 2005
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Las catástrofes naturales aumentan cada año y son más agresivas: Unas 40 tuvieron lugar durante 2004, muchas de ellas en el continente americano. Sísmos, maremotos, tornados, inundaciones y volcanes asolan el planeta Tierra. ¿Es culpable la propia Naturaleza o la mano del hombre?
Una invasión de catástrofes naturales parece invadir, cada día más, el planeta Tierra. El mayor maremoto de la historia acaecido en el sudeste asiático, que lleva camino de un trágico balance de 155 mil muertos, además de los incontables desaparecidos, ha puesto el debate al rojo vivo.
¿Es la Naturaleza, tan invocada por ecologistas y otros expertos, cándida o asesina?. ¿Son la mano del hombre, la industrialización y el desarrollo unos grandes culpables?. ¿Favorece el cambio climático este tipo de catástrofes?. ¿Pueden evitarse las consecuencias devastadoras de una ola gigante (tsunami), como las del sur de Asia?. ¿Está cambiando el eje de la Tierra en una espiral hacia la destrucción de los ecosistemas?.
Preguntas inquietantes que parecen no tener respuesta y que sumen a nuestra civilización en un auténtico estupor ante los horrores de la madre naturaleza.
La gran tragedia de Indonesia y los países que circundan el golfo de Bengala pone la piel de gallina a cualquiera. Pero antes sucedió también en Haití o en Irán.
La ONU asegura que los muertos por desastres naturales en la década de los noventa duplicaron a las de los años setenta, en un aumento vertiginoso que muchos científicos y ecologistas atribuyen a la mano del hombre.
Factores como la industrialización, las tropelías urbanísticas, el cambio climático y el calentamiento del Planeta por los gases tóxicos el llamado Efecto Invernadero, contribuirían en su opinión a este incremento de seísmos, tornados, maremotos, inundaciones, bruscos cambios climáticos y erupciones volcánicas.
No obstante, otros justifican el desarrollo y acusan directamente a la Naturaleza y sus respuestas imprevistas de tales catástrofes. El debate es permanente.
Según los datos de la ONU, unas 40 de estas catástrofes tuvieron lugar durante el año 2004, bastantes más que las registradas en el año 2003 y anteriores etapas.
Aunque muchas de ellas se registraron en el continente americano, Naciones Unidas insiste en denunciar que la mayor falta de previsión se da en el sur de Asia y en el Indico, como se ha puesto de manifiesto en los recientes tsunamis. El 18 de enero de 2004 se registró el primer desastre: una inusitada ola de frío en México provocó 72 en tan sólo dos meses, mientras que lluvias torrenciales en Brasil azotaron a la población el 14 de febrero, con un balance de 170 muertos y 117 mil damnificados.
Una invasión de catástrofes naturales parece invadir, cada día más, el planeta Tierra. El mayor maremoto de la historia acaecido en el sudeste asiático, que lleva camino de un trágico balance de 155 mil muertos, además de los incontables desaparecidos, ha puesto el debate al rojo vivo.
¿Es la Naturaleza, tan invocada por ecologistas y otros expertos, cándida o asesina?. ¿Son la mano del hombre, la industrialización y el desarrollo unos grandes culpables?. ¿Favorece el cambio climático este tipo de catástrofes?. ¿Pueden evitarse las consecuencias devastadoras de una ola gigante (tsunami), como las del sur de Asia?. ¿Está cambiando el eje de la Tierra en una espiral hacia la destrucción de los ecosistemas?.
Preguntas inquietantes que parecen no tener respuesta y que sumen a nuestra civilización en un auténtico estupor ante los horrores de la madre naturaleza.
La gran tragedia de Indonesia y los países que circundan el golfo de Bengala pone la piel de gallina a cualquiera. Pero antes sucedió también en Haití o en Irán.
La ONU asegura que los muertos por desastres naturales en la década de los noventa duplicaron a las de los años setenta, en un aumento vertiginoso que muchos científicos y ecologistas atribuyen a la mano del hombre.
Factores como la industrialización, las tropelías urbanísticas, el cambio climático y el calentamiento del Planeta por los gases tóxicos el llamado Efecto Invernadero, contribuirían en su opinión a este incremento de seísmos, tornados, maremotos, inundaciones, bruscos cambios climáticos y erupciones volcánicas.
No obstante, otros justifican el desarrollo y acusan directamente a la Naturaleza y sus respuestas imprevistas de tales catástrofes. El debate es permanente.
Según los datos de la ONU, unas 40 de estas catástrofes tuvieron lugar durante el año 2004, bastantes más que las registradas en el año 2003 y anteriores etapas.
Aunque muchas de ellas se registraron en el continente americano, Naciones Unidas insiste en denunciar que la mayor falta de previsión se da en el sur de Asia y en el Indico, como se ha puesto de manifiesto en los recientes tsunamis. El 18 de enero de 2004 se registró el primer desastre: una inusitada ola de frío en México provocó 72 en tan sólo dos meses, mientras que lluvias torrenciales en Brasil azotaron a la población el 14 de febrero, con un balance de 170 muertos y 117 mil damnificados.