La Gran Telenovela del Padre Alberto
En su primer sermón episcopal, a iglesia llena, se destacó la vigilancia policial
Momentos antes de pronunciar en el altar su sermón, con motivo de la celebración de Pentecostés, numerosos feligreses se levantaron y prorrumpieron en fervientes aplausos y vítores a Cutié, de 40 años y origen cubano.
En la homilía de unos 15 minutos, dicha en inglés y salpicada de chistes, el Padre Alberto se puso especialmente serio al asegurar que "durante esta semana en que tomé la decisión de ingresar en esta comunidad (la episcopal) el Espíritu de Dios estaba conmigo". Tras explicar que ha dedicado muchas horas a hablar de Dios con los medios, sentenció que a Dios es al único que él sigue.
Previamente, el padre Cutié agradeció al obispo Frade, cabeza de la diócesis episcopal del sureste de Florida, su "amabilidad y compasión".
Fue un discurso religioso que, más que dicho en un ambiente de recogimiento, llegó rodeado de toda una parafernalia mediática con canales de televisión local y nacional, periodistas, fotógrafos y estaciones móviles de radio situados en los verdes exteriores de la modesta iglesia.